Con un gasto mensual de hasta 80 mil pesos, La Sonrisa de Dios ha mantenido firmes sus políticas de apoyo a las personas que más lo necesitan, tal y como familias de escasos recursos que están integradas por niños con alguna discapacidad, informó Guadalupe Mondragón Cabrera, representante de dicha institución de asistencia privada.

La Sonrisa de Dios que se ha consolidado con 15 años de servicio en San Juan del Río, lleva a cabo una operatividad totalmente de labor altruista con donatarios interesados en que permanezca como un espacio de atención a niños con discapacidad. La institución se ha mantenido con los apoyos económicos y en especie de particulares, sociedad civil y diversos sectores como el industrial.

El costo por las terapias para las personas con discapacidad es simbólico, pero los gastos de la institución y el pago de salarios correspondientes al personal que ahí labora son compromisos diarios que deben solventarse con el apoyo del patronato que hace 23 años pensó en crear este espacio para beneficiar a los más desprotegidos.

“El costo mensual de terapias es de 400 pesos, pero quienes no lo pueden pagar reciben descuentos, luego de hacer estudios socioeconómicos. Hay quienes pagan hasta 50 o 100 pesos mensuales porque son familias que realmente necesitan la atención y terapias para sus hijos, pero carecen de recursos”, dijo Guadalupe Mondragón.

A pesar de los gastos y de la dificultad para hacerse de donatarios permanentes, La Sonrisa de Dios ha logrado hacerse de recursos para completar su inmobiliario, contando con el equipo necesario para cada terapia, alimentación para las personas con discapacidad y el pago de los especialistas.

“Más de 80 mil pesos mensuales son los que se gastan en la instituciones, por pago de nóminas, mantenimiento de las instalaciones, pago de energía eléctrica, la operatividad de la tina de hidromasaje, precisó Guadalupe, quien resaltó: “también apoyamos a las mamás en el tiempo en que acompañan a sus hijos a las terapias”.

Para garantizar el ingreso económico, cuenta con esquemas autosustentables como el bazar con venta de artículos semi nuevos y un taller de costura para confeccionar prendas y ofrecerlas en venta. Además, se cuenta con el apoyo permanente del sector industrial.

“La mayoría de los apoyos que recibimos son en especie son de Inbera, Perficom, PTM, son las que nos están apoyando. Aparte nos provee de alimentos la comercializadora Anita que nos da yogurth y jamón para los niños que acuden a rehabilitación todas las mañanas dependiendo de su necesidad”, detalló Mondragón Cabrera.

La Sonrisa de Dios cuenta con un terapeuta por cada área y dos en el área de terapia física y reciben un salario por su servicio, razón por la que esta institución depende de los donativos.

“La institución tiene 15 años operando, pero el patronato inició actividades desde hace 23 años para poder hacerse de recursos y crear esta institución que ha apoyado a familias de escasos recursos con niños discapacitados”, finalizó.

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