En ocho días estaremos a 24 horas de decidir el rumbo que tendrá México durante los próximos seis años, y contrario a lo que se vivía en los comicios presidenciales pasados, hoy se respira un aire de certeza en cuanto al respeto al resultado final de una votación que marcará un hecho histórico, la llegada de la primera mujer a la silla presidencial. Hace un sexenio más de uno teníamos temor de vivir nuevamente un fraude electoral que vulnerara la voluntad de las y los mexicanos; en la actualidad ese sentimiento quedó atrás, por lo menos en cuanto a la elección del titular del Poder Ejecutivo; sin embargo, el fantasma del fraude sigue rondando las diferentes entidades del país, para muestra basta analizar nuestro Querétaro, donde se ha señalado más de una vez y en diferentes partes de nuestra entidad, actividades irregulares en domicilios particulares donde presuntamente se cocina la coacción y compra del voto para que el próximo 2 de junio el partido dominante a nivel local mantenga las posiciones obtenidas en 2021.

Justo en la defensa del voto es donde Morena Querétaro tendrá que poner especial atención, a varios nos queda el sabor agridulce de 2018 donde la elección municipal dejó insatisfecho a más de uno, aunque a la distancia pareciera que quien en ese entonces abanderaba la coalición Juntos Haremos Historia, buscaba cristalizar un proyecto personal y no transformar la realidad de la ciudadanía, ya que al poco tiempo se sumó a las campañas del partido blanquiazul, ese mismo que le arrebató misteriosamente el triunfo en las urnas. La zona de mayor simpatía por la 4T en nuestro estado es la Sierra, aquella que el priismo siempre ha presumido de controlar y que el panismo ha ignorado, hoy se encuentra volcada en apoyo al doctor Gilberto Herrera, quien como senador y delegado decidió romper el molde y voltear a ver y trabajar mano a mano con las comunidades históricamente olvidadas y visibilizar la realidad del “Otro Querétaro”, ese que no es visitado por el gobernador ni por sus candidatos, ese Querétaro al que se le quiere arrebatar su derecho al agua y se le reprime cuando se defiende, ese Querétaro que no figura en el Plan Estatal de Trabajo, pero que con la voluntad del exrector de la UAQ y la suma de esfuerzos de las y los habitantes de las comunidades ha transformado realidades con poco recurso, pero con muchísimo corazón.

Municipios como San Juan del Río, Querétaro, Cadereyta y Tequisquiapan viven un proceso electoral con pronóstico reservado, aventurado aquel que se atreva a decir quién gozará del respaldo popular; sin embargo, perfiles como el de Astrid Ortega le da seguridad al morenismo local de pensar en el triunfo en las casillas. En la capital se logra ver al candidato panista preocupado, las cuentas no le salen a su equipo y ya están pensando más en la operación del 2 de junio que en eventos donde puedan conquistar nuevas voluntades; por su parte el candidato del Partido Verde en alianza con el PT y Morena hace su trabajo, esperemos ver si en poco más de una semana los resultados le favorecen.

La moneda está en el aire, la única certeza en cuanto a la boleta electoral es que Claudia Sheinbaum Pardo será Presidenta, el resto nos obliga a tener paciencia y observar la jornada de principio a fin, mientras tanto no aflojemos el paso en la defensa de la voluntad popular.

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