Colorín, colorado, otra campaña se ha terminado, y con ello damos pie al último capítulo de esta temporada electoral 2024, sin duda una de las más trascendentes en la historia contemporánea de México por las condiciones sociales y políticas que hoy en día se viven en el país.

El fin de semana pasado y a mitad de esta semana, tanto Jorge Álvarez Maynez, como Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez realizaron sus respectivos cierres, donde llamaron a la movilización de las bases de sus partidos y la confianza del electorado que a poco menos de 24 horas, aún se siente indeciso de qué nombre cruzar en la boleta, con esto usaron su última oportunidad de ganar voluntades ciudadanas ante una elección que pareciera definida desde hace algunos meses, de acuerdo con los ejercicios de sondeo de diferentes casas encuestadoras. A nivel local se vivió la misma historia, los diferentes suspirantes a ocupar un cargo público hicieron lo propio y en estos momentos están aceitando sus maquinarias de movilización para que el domingo la única sorpresa sea el anhelado triunfo en las casillas.

Mañana el tema central será ver el comportamiento de las y los votantes, observar detenidamente que el curso de los comicios no se vea alterado por hechos de violencia, mapacheo, compra del voto, robo de urnas o cualquiera de las prácticas desafortundas que se viven cada tres o seis años, con la diferencia de que en la actualidad este tipo de delitos están clasificados como graves, contrario al pasado, cuando los autores materiales e intelectuales de estos actos permanecían en la impunidad, y en caso de ser detenidos sabían que era cuestión de horas para andar nuevamente tranquilos en las calles después de haber sido orquestadores y operadores de fraudes electorales en todos los niveles. El llamado a la ciudadanía debe enfocarse en la invitación a que todos los y las mexicanas salgan a ejercer su derecho a elegir quién quieren que sea su representante, a rechazar la compra del voto, venga del partido que venga la oferta, y sobre todo a no caer en la apatía, ya que pasaron muchas décadas para poder gozar de un proceso electoral en el que la voluntad popular se encuentre blindada, independientemente del resultado obtenido.

Al mismo tiempo, exhortamos a los diferentes niveles de gobierno a mantenerse al margen y no hacer uso de la estructura administrativa para favorecer a algún perfil en la boleta, recuerden que el ser servidor público va más allá del cargo, si es que se busca mantener una democracia auténtica en nuestro México. Por último, es imposible no pensar que el Poder que durante seis años se ha conflictuado con el actual gobierno, pueda tomar partido alguno cuando los resultados finales sean de conocimiento público, urge que la decisión de los ciudadanos sea respetada. Es un hecho que el lunes conoceremos a los vencidos de este proceso, la invitación para ellos es que construyan una oposición seria desde la creación de un proyecto de nación y se alejen de la difamación y calumnia como método para ocupar las primeras planas de los medios, México no necesita eso.

Nos vemos en la urnas.

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