El Cruz Azul dio el primer golpe al América en la Finalísima. Un solo golpe, eso sí, que no liquida a las Águilas. Christian Giménez fue el autor del gol con el que La Máquina tratará de coronarse el próximo domingo en el Estadio Azteca.

Juego intenso, con calor de final y algunos lapsos de buen futbol. América fue el que dominó (10 tiros a gol), pero Cruz Azul fue efectivo: apenas tuvo tres disparos a la portería, pero anotó relativamente rápido y le cedió el balón al América, pero Jesús Corona fue, otra vez, su mejor hombre.

El primer obstáculo que tuvieron sortear ambos equipos fue el terreno de juego, muy mojado debido a la lluvia capitalina y, por consecuencia, muy rápido. El “saltar las líneas” fue mejor solución.

América, más por sistema que como recurso, explotó el pase largo, con Christian Benítez como blanco; Cruz Azul trató de no salirse de su estilo: poner el balón al césped y explotar las bandas.

Los Cementeros intentaron hacer daño. El Chaco, a bote-pronto, probó los reflejos de Moisés Muñoz. El dominio era celeste y Pablo Barrera provocaba la primera amonestación americanista, de Adrián Aldrete, y el primer reclamo del Piojo Herrera.

Pero Benítez, y sólo Benítez, ponía nerviosa a la zaga cementera. Cada vez que tomaba el balón, Luis Amaranto Perea lo desarmaba.

Barrera cobró un tiro de esquina justo al movimiento del Chaco, que dejó atrás a Layún y remató con la cabeza en el corazón del área, justo al poste derecho de Muñoz, quien nada pudo hacer (19').

América no se dio por vencido. Herrera optó por el “Plan B” y dejó de jugar en largo para comenzar a explotar a Rubens Sambueza, quien provocó otro tiro de esquina, pero que Diego Reyes no pudo convertir en gol. Era el momento del América. Los rebotes caían a su favor; todos los tiros llevaban peligro.

Cruz Azul no salía de su campo, pero soportó el vendaval. Perea se agigantó y El Chaco casi se lesiona al querer recuperar un esférico. Lo mejor que le podía pasar a La Máquina era que el primer tiempo se terminara.

La Máquina comenzó igual que terminó la primera parte, priorizando la defensa, jugando demasiado atrás, al límite, confiando en Corona.

El portero cementero realizó la atajada de la noche a remate de Benítez, y momentos después otra a tiro de Juan Carlos Medina.

Los fanáticos azules trataron de hacer algo, arrojando objetos al terreno de juego. La pasión llegó a la cancha. Aquivaldo intentó darle un cabezazo al Chaco, quien exageró tirándose al suelo. El americanista fue amonestado y el juego más intenso.

Ese conato ayudó a La Máquina a quitarse el yugo americanista. Al fin Torrado y Giménez se conectaron, se hizo el futbol y Javier Orozco tuvo dos oportunidades de meter el segundo, pero en ambas falló.

Los minutos acrecentaron la tensión. Cruz Azul trató de jugar perfecto en defensa, mientras el América estaba a la espera del error cementero... que no llegó.

Ambos técnicos se miraban expectantes, ninguno se atrevía a hacer el primer cambio. Memo Vázquez miró a Pavone y El Tanque, con todo y desgarro, entró al campo cuando sólo faltaban 10 minutos del juego de ida.

El marcador no se movió. América se fue frustrado, pero no derrotado; Cruz Azul se fue con la victoria, pero aún sin proclamarse campeón.

Sólo dio el primer golpe, pero falta saber si con ese basta.

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