Una sociedad bombardeada por la tecnología y aparatos electrónicos, es una comunidad invadida por la radiación luminosa, térmica, magnética o de otro tipo, asegura Paola Ramírez, quien le apuesta todo a la limpieza de energía que día a día se acumula en el cuerpo humano.

“Estamos todo el tiempo en el celular, eso significa que siempre recibimos radiación”, comenta Paola, por lo que desde hace un año, junto con su compañera de trabajo inició un pequeño negocio llamado Orgones Fresmorit que se basa en la elaboración de dispositivos biofísicos que protegen a las personas de la radiación.

Paola transformó el patio de su casa en un pequeño taller donde elabora sus propios productos, los cuales son creados con resina, minerales y siete tipos distintos de metales. Se denomina a sí misma ‘artesana de orgones’.

“Los orgones son una terapia alternativa, dispositivos biofísicos que ayudan a cuidarnos de la radiación que emite el celular, el microondas, la plancha para el cabello, el Wifi, todo aparato que genere ondas electromagnéticas”, explica.

Las piezas que elabora Paola Ramírez, son productos artesanales, hechos a mano y que pueden encontrarse en todos los tamaños. Algunos orgones tienen la forma y medida de una moneda de cinco pesos, que pueden guardarse en carteras o incrustarse en algún collar; otros miden aproximadamente ocho centímetros que sirven como masajeadores; los más grandes llegan a pesar más de dos kilos y tienen forma de pirámide.

Todos tienen la misma estructura, sin importar el tamaño o la forma, están encapsulados con resina y al interior de cada uno se distinguen metales y cuarzos. Cada una de estas orgonitas, explica la artesana, tiene un campo de protección.

“Trabajo dispositivos con alcance de un metro hasta 40 y 50 metros, que son las orgonitas en forma de pirámides, que por la forma geométrica es multiplicadora y alcanza esas dimensiones. Actualmente todos tenemos focos ahorradores y son demasiado contaminantes, con estos [dispositivos] se va a limpiar toda esa contaminación o el suelo por donde pasan los cables de luz, sólo se ponen en algún punto de la casa. Las pirámides son altamente recomendables para los negocios, por la dimensión que alcanza es como un pararrayos personal”, afirma.

Negocio próspero

Paola Ramírez actualmente trabaja en una empresa inmobiliaria, es madre de dos hijas y a pesar de eso siempre tiene tiempo para invertir en su negocio; trabaja en los orgones de 10 a 12 de la noche, pero todo vale la pena porque su comercio avanza tan bien y crece tan rápido, que considera la posibilidad de dejar su empleo y dedicarse por completo a elaborar sus artesanías.

“Ya estoy en planes de extenderme, salirme de mi trabajo y dedicarme completamente a los orgones. A las maestras de yoga les han servido muchísimo, ha sido fabuloso estar en el Hostal Casa Arcos todos los sábados y domingos, también me voy a bazares donde la gente busca medicina alternativa. Yo le apuesto a esto, incluso para llevarlo a escuelas, porque los niños se impregnan de radiación”, dice.

Antes de que Paola Ramírez se decidiera a elaborar este tipo de artesanías y destinar cuatro horas del día a fabricar una sola de estas piezas, tuvo que comprobar los efectos positivos de dichos objetos.

Cuenta que anteriormente padecía de insomnio y logró controlar este problema a través de masajes con orgones u orgonitas, piezas que le mostró su compañera de trabajo y hoy socia en su negocio.

“Para fabricarlos tuve que estar convencida de que funcionaba, con esto controlé mi problema de insomnio, ayuda a que circule mejor la sangre, nos relajamos. Es extraordinariamente bueno para la gente que no puede dormir, extraordinariamente bueno para el insomnio. Créanme que la gente viene por más, los quieren para regalarlos al hijo, a la prima, a la mamá, porque saben cómo funciona, son muy económicos y no tienen ninguna contraindicación médica”, asegura.

No es esoterismo

Paola Ramírez participa en todos los bazares y tianguis culturales que se organizan en Querétaro. El pequeño stand de su negocio llama la atención por el colorido de las piezas; aún no está completamente armado el mostrador, cuando varias personas se detienen un momento a mirar de qué se trata.

En cuanto la artesana se percata que sus piezas atraen a los visitantes, detiene todo lo que está haciendo y se acerca con los clientes, les explica que es una forma alternativa de curar el insomnio y dolores fuertes de cabeza porque con pequeños masajes la sangre puede circular mejor.

Sin embargo, Paola va más allá de su explicación, toma una de las piezas y busca que las personas la vean de cerca, mientras les pregunta si puede hacerles una demostración; entonces comienza a masajear suavemente los hombros, los brazos y la cabeza de los interesados.

“Esa es mi forma de vender. Necesito que la gente los sienta, que vea que en verdad relajan, creo que realmente nos hacen sentir mejor”, explica la emprendedora.

Algunos clientes agradecen la explicación rápida sobre biofísica y los beneficios de los minerales y se retiran del lugar; sin embargo, otros quedan enganchados con los dispositivos y preguntan cómo se hacen, qué tienen dentro y al final preguntan cuánto cuestan, señal de que se llevarán alguna de las muchas orgonitas que se exhiben sobre la mesa.

Lo más difícil de mostrar y difundir qué son las orgonitas creadas por Paola, es dejar en claro que no forman parte de alguna actividad esotérica.

“Al principio la gente esotérica buscaba mucho mis productos, piensan que son misteriosos por el cuarzo, pero éste es un mineral que tiene beneficios naturales, incluso hay montañas de minerales, aquí en Peña de Bernal tenemos una. Siempre separé completamente ese aspecto y dije a los clientes que esto no es así, que ayuda a la gente de otras formas y también hubo muchas personas que no se acercaban porque creían que esto era algo con un toque místico, pero nada de eso”, aclara.

“Algunos me preguntan con cuál [de las orgonitas] se limpian malas vibras y con cuál les va a ir mejor, cosas así, pero yo les digo que ninguno va a hacer eso, que todos limpian solamente la radiación, por los metales, por la forma en que están hechos”, comenta la artesana.

El negocio de Paola Ramírez tiene un sector muy específico de clientes, pero la emprendedora le apuesta al crecimiento, a que poco a poco la comunidad comprobará los beneficios de sus artesanías, y que éstas formarán parte en la vida cotidiana de las personas.

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