La competencia por la Presidencia de la República se encuentra en los últimos suspiros. A dos semanas de las votaciones, la contienda se pone cada vez más tensa entre los participantes e incluso se ha sugerido la conformación de una especie de alianza en esta recta final de la campaña electoral. ¿Se establecería a escasos días del 2 de junio? ¿Cómo modificaría el panorama?

A medida que avanzaba el sexenio presenciamos cómo la lista de posibles presidenciables se achicaba hasta llegar a tres nombres. Era claro que agrupaciones políticas como Morena y los partidos longevos, como el PAN, PRI y PRD, a través de su coalición Fuerza por México, presentarían su candidatura presidencial. Sin embargo, había duda en torno a si Movimiento Ciudadano (MC) postularía a alguien para la carrera por la Presidencia, puesto que la incertidumbre del apoyo efectivo de la población al partido era abundante.

Tras el fin de un vaivén constante de posibles candidaturas, el partido naranja presentó a su candidato, confirmando su participación en las elecciones presidenciales de este año. Este movimiento de la tercera agrupación política más importante de México permite alimentar nuestra democracia, ya que incluye otra visión de proyecto político. Pero, por otra parte, significaba un obstáculo para la coalición opositora, puesto que siendo MC también oposición, el voto contra Morena se dividiría entre dos grupos políticos, restando su fuerza contra el partido oficialista.

Ese era el riesgo para Fuerza por México, de que MC participara en las elecciones presidenciales, y en otras con dos opciones existentes, como es el caso de la CDMX. No obstante, tras varias semanas de campaña electoral, se ha notado que el partido naranja está lejos de ganar las votaciones del 2 de junio. Por ende, se enfrenta a tres opciones: 1) abandonar la contienda; 2) continuar hasta el final, y 3) declinar en favor de alguna candidatura. Luego de este recorrido complicado en el que se destinaron muchos recursos, la primera opción suena poco probable, pero la segunda y tercera suenan más convincentes.

Todo depende de lo que quiera MC. A sabiendas de que no ganará las elecciones, puede aprovechar su recorrido en la campaña y apoyo electoral para negociar con Fuerza por México —e incluso con Morena— para obtener dividendos. Al ser oposición política, sería más coherente hacerlo con el resto de los partidos rivales al oficialista. Eso es lo que básicamente ha propuesto Luis Donaldo Colosio Riojas, militante naranja, quien señaló que si Jorge Álvarez Máynez o Xóchitl Gálvez declinan en favor del otro, habrán mostrado madurez política ante este escenario crucial de la política mexicana.

Quien emite la propuesta es un interlocutor diferente al candidato presidencial de MC, pero le funciona de igual manera para abrir la puerta a una posible mancuerna entre las dos candidaturas presidenciales de oposición. La oportunidad es inmejorable para Gálvez, quien se encuentra achicando la brecha contra la candidata oficialista, pero todavía con una diferencia de reconocer en las encuestas.

Lo que propone Colosio Riojas es algo que, en efecto, sucede en democracias más sólidas, usualmente en sistemas parlamentarios, pero que podría funcionar en el país como estrategia para competir con Morena. Pero nada está escrito, habrá que revisar los siguientes movimientos naranjas en la contienda.

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