Hoy se celebrará el segundo debate presidencial de nuestro país de cara a las elecciones del 2 junio. Será la continuación de un primer debate que dejó mucho qué desear, pero que también mostró la pauta a Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez en torno a sus fallas y posibles mejoras de desempeño. Por ende, la pregunta que planteamos es: ¿qué estrategias emplearían las y el aspirante a la silla presidencial de México?

Hay opiniones divididas acerca del debate de hoy. Si bien algunas personas miran con hartazgo la segunda edición del debate presidencial a causa del formato establecido, para las tres figuras políticas, el segundo debate, que se centrará en los temas de economía, empleo, inflación, pobreza, desigualdad, cambio climático y desarrollo sustentable, resulta indispensable para mejorar su posición, aunque, claro, lo harán de diferente manera.

Claudia Sheinbaum, la candidata oficialista, manejó el primer debate de manera adecuada a sus intereses. Como puntera, no debía “caer en provocaciones”, como dice su mentor, el actual Presidente de México. Y así fue. Varias veces sus rivales le increparon, incluso en temas muy delicados que involucran a “su jefe”, pero supo mantener la calma y seguir el guión, hablándole quirúrgicamente a la audiencia y a su base electoral cautiva.

En este segundo debate, la estrategia sería la misma: no caer en exabruptos, minimizar las acusaciones que le presenten sus competidores y mantener la compostura intentando ser un poco más amigable.

Para Gálvez, en cambio, la situación es más delicada. La candidata de la alianza de oposición perdió un muy buen momento en el primer debate para evidenciar los errores de la gestión del gobierno federal y de la Ciudad de México. Lo intentó en varias ocasiones, pero el empuje no fue el suficiente. No insistió ante las respuestas de su acérrima rival y se mostró nerviosa de principio a fin.

A pesar de ello, no es el fin para la contienda política de la exsenadora, aún le quedan dos oportunidades que deberá sí o sí capitalizar para mejorar su posición electoral, algo que es impostergable para sus aspiraciones presidenciales. ¿Cuál podría ser la estrategia de Gálvez? Primero: conservar la calma, necesita mostrarse tranquila y decidida en sus intervenciones. Segundo: ser más insistente en las acusaciones dirigidas a su principal rival para que la presión le empuje a responderlas y exhiba las fallas y la corrupción morenista. Tercero: hacer caso omiso de Máynez; la atención de Gálvez no es hacia abajo, sino hacia arriba, si cae en el juego del “emecista”, podría estancarse y perder tiempo crucial para obstaculizar a Sheinbaum.

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