Rodrigo Correa trabajaba en un rancho y un accidente en el campo con un molino de rastrojo hizo que perdiera sus dos piernas, milagrosamente salvó la vida.

Cuenta que aquel día daba de comer a su ganado y, mientras molían zacate, se resbaló de la parte superior del remolque y cayó en el molino. A partir de entonces su vida ha sido otra.

“Entonces dices: ¿cómo voy a caminar? ¿qué voy a hacer? “

Las respuestas a esas preguntas no eran fáciles de encontrar. El poder caminar nuevamente se convirtió en el principal reto para Rodrigo.

La única alternativa era una prótesis que le permitiera volver a ser independiente, valerse por sí mismo y decirle adiós a la silla de ruedas.

“La idea no es quedarte tirado, sino tratar de salir adelante, si el primerísimo dice ‘ahí te vas a quedar’, pues adelante, pero tienes que buscar la manera de sobresalir como estés”.

En nuestro país, obtener unas prótesis para piernas es caro, según portales de internet especializados, en dicho apoyo para las extremidades, los costos son desde los 28 mil pesos y estos pueden ser aún más elevados si es que son más especializadas y llegar a precios por más de 2 millones de pesos.

"La idea es no quedarte tirado sino levantarte"
"La idea es no quedarte tirado sino levantarte"

El doctor Eduardo Vázquez Vela, director del Centro de Rehabilitación Integral de Minusválidos del Aparato Locomotor de Querétaro, (Crimal) asegura que ante estos costos, mucha gente suele dejar de lado su motivación de poder volver a caminar o tomar cosas, esto último en el caso de las amputaciones de manos y brazos.

De ahí que Crimal se ha convertido en una esperanza para quienes necesitan una prótesis para alguna extremidad.

“Otorgamos programas de rehabilitación integral, principalmente a personas que han perdido una o varias extremidades, desafortunadamente en el país está muy limitado los servicios que se otorgan a través de instituciones públicas o privadas, es extraordinariamente limitado”, destaca.

Pero el problema no para ahí, ya que el número de amputados que existen en México crece anualmente “y ahora desgraciadamente el número de amputados por diabetes aumenta de manera extraordinariamente alta”, afirma el especialista.

Según datos del Inegi, en el censo más reciente (2020), el número de personas amputadas en el país era de 780 mil aproximadamente, mientras que la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición reporta que son 5 millones de personas que tienen alguna dificultad para desplazarse, sin que sea necesariamente una amputación.

"La idea es no quedarte tirado sino levantarte"
"La idea es no quedarte tirado sino levantarte"

Por otra parte, datos de la Academia Nacional de Cirugía revelan que, en promedio, 75 personas son amputadas diariamente y, contrariamente, el porcentaje de prótesis fabricadas anualmente mediante programas públicos a penas llega a 1500 piezas.

Ante este panorama hay muchas personas que no tienen acceso a la independencia de movilidad, por la falta de dinero para comprar una prótesis.

“Hay dos razones para hacer difícil que la gente en nuestro país acceda a una prótesis. Primero que las instituciones de salud, por ejemplo, el Seguro Social, no otorga prótesis, salvo los pacientes que hayan tenido un accidente laboral, el resto de las personas que pierden una extremidad, niños o adultos no tiene la obligación, el IMSS, de otorgarlas; la Secretaría de Salud juega un papel importante pero hace 10 años, una decisión gubernamental le dio al DIF la obligatoriedad de atender a los amputados, les dio la obligación, pero no les dio el presupuesto, la segunda son los precios”.

Para el director del Crimal es importante que se piense en la investigación y desarrollo de prótesis en nuestro país , que haya más protesistas en México que aporten a la investigación y se pueda dotar a más gente de una prótesis para mejorar su vida con precios más accesibles a los que hay por ahora.

Entonces, hay que sumar a la carencia de prótesis , la falta de protesistas capacitados.

“Hay una carencia importantísima, no solo de licenciados que prácticamente son contados con los dedos de la mano, sino también de técnicos capacitados, esos dos puntos son muy importantes para ver porqué es tan difícil que una persona que haya perdido una o varias extremidades encuentre una rehabilitación integral como la que requiere”, atiza.

Los protesistas tienen una relevancia fundamental en la rehabilitación de una persona amputada, pues son los especialistas en el ramo.

“Poner una prótesis, podemos decir que cualquier persona en una tienda de aparatos ortopédicos lo puede hacer, pero nunca darán el funcionamiento adecuado y vale la pena resaltar que una de las partes más importantes para el paciente es tener una rehabilitación integral para que cuando esté lista su prótesis no nada más se la pueda poner, sino que la pueda usar y pueda hacer un uso que le permita hacer las actividades de la vida diaria”, explica.

Vázquez Vela recalca que lo primordial para Crimal es que los pacientes que acuden a ellos, es que sean reintegrados a una actividad que sea remunerada, es decir, que sigan adelante con su vida laboral.

En el caso de Rodrigo, acudió a Crimal para retomar su vida y, a través de su programa de rehabilitación, pudo obtener sus dos prótesis y volverlo independiente otra vez.

“Un amigo me llama por teléfono y me dice: -conseguí una fundación-, y dije ‘vamos a ver’, vine a Crimal y me incorporé al grupo que estaba por venir con ganas de salir adelante, estuve tres meses en terapia física”.

Recibió el apoyo económico para hacerse de las prótesis, la capacitación para usarlas, y la motivación para salir adelante.

Estos son los resultados de trabajar con especialistas protesistas, sin embargo, hacen falta, no hay muchos a quienes se puedan acudir, “necesitamos médicos que sepan del tema, necesitamos de terapistas físicos que sepan del tema del amputado, de programas de psicología, y nutricionistas para que los pacientes puedan seguir un programa de rehabilitación integral y ahí el central es el ortesista-protesista”, apunta Eduardo Vázquez Vela.

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