Karina Castro, presidenta del Sistema Estatal DIF y esposa del gobernador Francisco Domínguez Servién, tiene una meta que cree poder lograr durante su gestión: “Quisiera dejar huella. Dejar algo de lo que mañana me sienta orgullosa; aún con la dificultad que significa atender tantas necesidades”.

Es por esta preocupación que la funcionaria señala que gusta de recorrer el estado de Querétaro, y en este caso, haber llegado hasta la Sierra Gorda, acompañada de su equipo, que “ha venido adquiriendo cada día mayor experiencia.”

“¿Confía en la información que le transmiten las autoridades de las comunidades que visita? ¿Cómo obtiene datos precisos sobre las carencias de cada pueblo?”, se le pregunta a Castro, y ella expresa:

“Confío plenamente en cada autoridad porque es lo que debemos hacer, confiar en todos nosotros. Pero en el equipo DIF también nos documentamos muy bien; tenemos al alcance datos que son claros sobre las necesidades de las mujeres, ancianos y niños. Y qué más quisiéramos que estuviera a nuestro alcance resolverles muy pronto sus carencias”.

“Tenemos mucho trabajo por hacer, como también planes. Les pido paciencia. Me llevo todas sus propuestas y llegando a casa me encerraré con el gobernador para platicar sobre todas, y ya verán los resultados. Sé que hay mucho por hacer y, bueno, yo estoy aquí, dando la cara. Esto no es rápido, pero no me quedaré sentada, ténganlo por seguro. Pronto regresaré con ustedes”, dice la encargada del DIF ante los pinalenses.

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