Este año es de la más alta relevancia para México en cuestión electoral. Elecciones presidenciales, gubernamentales, legislativas y municipales cubrirán lo largo y ancho de la República mexicana. Por ende, cada momento relacionado con ello es crucial y seguido por analistas, periodistas, políticos y el público general en este 2024.

Tras cinco semanas de intensa campaña electoral de Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez, en la que expresaron sus propuestas en mítines, la llegada del primer encuentro de contraste e intercambio presencial de ideas entre aspirantes a la Presidencia de México nos inundaba de interés y curiosidad por su posible desempeño, comentarios y mensajes hacia la audiencia.

La atención del domingo pasado comenzó desde el arribo de Sheinbaum, Gálvez y Álvarez Máynez a la sede establecida por el Instituto Nacional Electoral (INE) para el debate. Aumentó la emoción progresivamente a medida que se acercaba la hora de inicio. Con el video que explicaba la forma en la que se conduciría el debate, la tensión se mantuvo, pero el desarrollo del mismo terminó por disipar la intriga.

¿Qué fue lo que pasó? Fueron varias las cuestiones que limitaron lo vistoso que habría podido ser este debate. Desde fallas técnicas en el tiempo de exposición e interrupción a la moderación del acto, hasta obstáculos en la manera de participar de los contendientes, el debate presentó algunos errores que mostraron que el INE debe trabajar mejor para conducir un evento de esta naturaleza y calibre. Hay muchas áreas por mejorar para los siguientes dos actos programados, en los que la ciudadanía estará muy interesada en seguir, puesto que los temas que abordará son de la más alta importancia para el país.

¿Qué faltó en el debate? En primera instancia, los errores técnicos no son tan aparatosos, pero sí obstaculizaron el desarrollo apropiado del acto. Colocar el tiempo correcto a los participantes y realizar paneos apropiados de las cámaras se puede solucionar fácilmente. Por otra parte, el esquema del debate y dar más fuerza a la moderación deben ser dos puntos clave a tratar para los siguientes debates.

La moderación debe ser respetada y por ninguna razón interrumpida. Es la que otorga la voz y la participación de las candidaturas, por lo que no pueden minimizarla. De la misma forma, cuando quienes moderen, señalen que el tiempo se agotó, deben hacerlo con mayor firmeza; hay que recordar que son las personas que dan orden al acto.

En torno al esquema, el debate distó mucho de lo que debería ser uno. No se confrontaron ideas ni argumentos entre sí, sino que fue una exposición de respuestas a las preguntas de la ciudadanía, pero no se logró generar un ambiente de constante contraste de opiniones o argumentos entre las y el participante. Cuando hubo alusiones a las y el candidato, la moderación dio oportunidad de réplica, pero se ejerció en pocas ocasiones y no devino en mayor confrontación.

El INE tiene tiempo para observar con ojo crítico el desarrollo del acto del pasado domingo. Si no rectifica en lo mencionado, pero particularmente en lo inmediato anterior, no sólo será difícil que se efectúe un debate como tal, sino que la experiencia de la ciudadanía que sigue el acto se verá limitada a un simple monólogo de las tres partes involucradas que no ofrecerá mayor contenido que el que se puede observar en redes sociales.

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