Hoy tendrá verificativo el segundo espectáculo mediático llamado debate entre presidenciables. Del primer encuentro entre aspirantes a ocupar la silla presidencial, resaltaron más las quejas sobre el pésimo formato elaborado por el INE, lo cual motivó cambios y justificaciones de consejeras electorales por las fallas y cambios supuestamente no aprobados por ellos. Un desastre. También se quejaron las participantes. Total, nadie quedó conforme. Para este segundo debate fijaron 5 temas a proponer y debatir; crecimiento económico; empleo e inflación; infraestructura y desarrollo; pobreza y desigualdad; por último, cambio climático y desarrollo sustentable. Será un “debate” en el que si quieren responden o dejan sin respuesta a la contendiente. Muy sui géneris los debates en México alejados de los verdaderos debates de ideas, propuestas y compromisos de gobierno.

Del primer intento de “debate”, de las aspirantes solo quedó el recuerdo de las falsas encuestas de quién ganó o perdió el debate, según su muy particular punto de vista. No se analizan con seriedad las preguntas ni respuestas, simplemente a “botepronto”. Otro ensayo de democracia bastante deficiente. La mayoría de los interesados simplemente “votan” por un sí o un no, según su candidata, sin entrar en el menor análisis de las ideas. O bien, que sin tal o cual aspirante fue mal vestida, que si estaban o no nerviosas, que si se robaron la bolsa del tiempo, que si no les alcanzó el tiempo para responden o que las interrogantes iban de uno tema a otro sin dar oportunidad de ahondar en el tema. Le quedaron a deber a ciudadanía. Siguen más de cerca a los medios para conocer las propuestas de las contendientes. Nada sustancial.

¿Qué se sabe de las propuestas? En realidad, casi nada. La propuesta de fondo de la aspirante oficialista se basa en dar continuidad a los programas implementados por el actual presidente; el segundo piso que carece de cimentación firme. Seguir adelante con los probados fracasos de la cuarta transformación. Ah, una idea “super revolucionaria” de la candidata: “que se puede vivir bien sin trabajar”. El fracaso total de cualquier economía de un país. Sin trabajo no hay riqueza y sin esta no existe nada que repartir. De la aspirante oficialista, resalta el sostener y fortalecer los programas sociales que no son propiedad de nadie, están plasmados en la Constitución; el fortalecimiento de los mismos; más empleo, más trabajo bien pagado, mejor seguridad pública, brindar verdaderos servicios de salud universal.

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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