El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, informó hace unos días que visitará Querétaro el miércoles 19 de agosto. Este anuncio es importante, pero no sorprende, considerando que ya se había acordado, entre el gobernador Francisco Domínguez y el mandatario, una visita a la entidad del centro geográfico del país, misma que no fructificó. ¿Qué temas están previstos en la visita y qué otros podrían colarse?

La visita cancelada por López Obrador formaba parte de una serie de otras que realizaría en estados seleccionados, a saber: Colima, Guanajuato y Jalisco, todos ellos gobernados por la oposición política. La intención de estas visitas, según presidencia, era conversar con los Ejecutivos locales para mejorar la estrategia de seguridad.

Sólo para tener una mirada del panorama de violencia en México, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en los primeros seis meses del año se registraron más de 2400 homicidios en Guanajuato (primer lugar de la lista). Por su parte, Jalisco suma 1311, mientras que Colima, 360. Querétaro, con 229, está lejos de ese escenario, pero las estrategias de seguridad deben fortalecerse, considerando la cercanía con otras entidades que presentan mayores índices de violencia. Por ello, una comunicación más eficiente debe ser construida entre autoridades gubernamentales y de seguridad la región.

Ahora todo parece indicar que el presidente de México vendrá a Querétaro como parte de una serie de visitas a la región centro y centro-norte del país, incluyendo a San Luis Potosí, Aguascalientes y Zacatecas, cuyo tema medular será, nuevamente, el de seguridad. De acuerdo con las cifras del SESNSP, ninguno de estos cuatro estados figura especialmente por su incidencia delictiva en el primer semestre del año. Desde luego que hay violencia en ellos, pero quizá no de una manera exorbitante como en otros estados u otros tiempos.

Es primordial la comunicación entre el Gobierno Federal (GF) y los gobiernos estatales en materia de seguridad en todo momento, pero ¿por qué destinar tiempo y recursos humanos y materiales en una gira de seguridad en estas entidades federativas si no existe una amenaza tan grande de inseguridad en comparación con otros estados, sobre todo en medio de la pandemia, en donde la mayor atención y esfuerzos del GF deberían ser enfocados a atenderla? Querétaro no se destaca particularmente por ser un estado violento, de hecho, el reporte de la SESNSP dicta que es de las entidades con menos problemas de inseguridad. La respuesta, quizá, radica en otro lado.

Antes de visitar Jalisco, el presidente se había enfrascado en una confrontación con el gobernador del estado, Enrique Alfaro. Pero ya estando en la entidad, la tensión entre ambos políticos se diluyó. Si bien no existe una fricción palpable entre Domínguez y López Obrador, ¿para qué más serviría la visita del mandatario a Querétaro? Hablarán de seguridad, acción necesaria, y de la pandemia en el estado, también indispensable. Pero ¿de qué más? ¿Podrán conversar de las acusaciones que lanzó Emilio Lozoya en su regreso a México? ¿Podrán conversar acerca de 2021?

Particularmente en recientes semanas, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto (oriundo de Querétaro, por cierto), ha tenido mucho movimiento en la entidad. Primero con políticos locales, luego con empresarios y recientemente con una entrevista con la Universidad Autónoma de Querétaro, lo que, en conjunto, despierta más y más convicción de que él sería el candidato para la gubernatura estatal en 2021. Pero Domínguez tiene en Mauricio Kuri su “heredero”. ¿Podrá tan fácil pactar la gubernatura o qué arreglos habrá? ¿Cómo influirá lo que se hable de Lozoya atrás de las puertas? Nada en política es coincidencia, menos la visita o traslado de un mandatario fuera de sus aposentos.

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