Una mañana de septiembre de 1810, un tal Mariano Galván se presentó ante su jefe, el señor Quintana, administrador de Correos de Querétaro, y le hizo una revelación: “en la ciudad había un grupo de personas que habían estado reuniéndose desde hacia varios meses con objeto de planear el derrocamiento del gobierno virreinal. Entre los asistentes a esas reuniones había personas muy importantes: el corregidor de Querétaro, un canónigo, una cura, varios jefes militares, y dos o tres licenciados”.

La idea era iniciar una revolución que estallaría simultáneamente en Querétaro, San Miguel el Grande y Dolores, en la que participarían varias unidades del ejército y grupos civiles armados. Los objetivos eran apoderarse primero del gobierno y después de los bienes de los españoles.

Esa es la descripción con la que inicia Jorge Ibargüengoitia, la obra teatral titulada “La conspiración vendida”. En 2016, Atabal Teatro retomó el texto de Ibargüengoitia, y con la guía de Mauricio Jiménez, quien dirigió con la misma agrupación “Noticias del Imperio” y “Querido Diego, te abraza Quiela”, estrenaron su versión de “La conspiración vendida”.

Grupo Atabal, a escena con La Conspiración Vendida
Grupo Atabal, a escena con La Conspiración Vendida

Recientemente se presentó en la Décimo tercera Cruzada por el Teatro, y comenzarán una nueva temporada de funciones mañana en el Museo de los Conspiradores.

La historia comienza en la casa de Epigmenio González, en Querétaro, en el sótano, ahí se hacen y guardan cartuchos. Ahí también es el lugar donde se reúnen los conspiradores que planean derrocar al gobierno virreinal.

Casi en penumbra se desarrolla la puesta en escena, evocando esa atmósfera de la época, de lo clandestino, de lo que muy pocos saben y los que saben tienen que ocultar. En ese sótano, el lugar más seguro para conspirar, se han juntado los principales personajes, González, Arias, Allende, Hidalgo, Aldama y el Corregidor de Querétaro.

Allende dice: “El objetivo principal de la primera fase de las operaciones será la captura de la ciudad de Querétaro. Conviene obrar simultáneamente aquí, en San Miguel y en Dolores de manera que, terminada la toma de estas dos últimas ciudades, el capitán Almada y yo, con nuestros escuadrones, estemos en condición de venir a Querétaro y apoyar”.

Han acordado una fecha, el 1de octubre. Uno de los presentes dice que es muy precipitado.

Pero Hidalgo, quien más tarde sería reconocido en la historia como el Padre de la Patria, dice: “Deben recordar que la mayoría de las conspiraciones mueren antes de nacer. Siempre hay alguna indiscreción. Por eso hay que obrar rápidamente”. Y no se equivocó.

“La conspiración vendida es un testimonio de las ideas comunes de una época y da cuenta de las contradicciones y absurdos de la Independencia de México: traidores y oportunistas encumbrados, héroes que lo son algunas veces sin querer, desfiles militares desde la visión de los vencidos —es decir, desde la visión del público— que es más verdadera y crítica que la versión oficial sobre una guerra que pretende mostrarnos los héroes de 1810 en su mejor momento”, se lee en la sinopsis de la puesta en escena.

“Con personajes renovados, poderosamente reales y humanos, la obra transcurre dentro de un marco onírico en el que todo es posible, de la mano de un personaje que se suma a los dispuestos en la obra por Ibargüengoitia, nos referimos a La Patria quien deambula solitaria, para recordarnos que todavía existe”.

“La conspiración vendida”, de Atabal Teatro, se presentará en el Museo de los Conspiradores ubicado el andador 5 de Mayo, número 18, Centro Histórico de Querétaro. La temporada será del 16 de septiembre al 2 de octubre, con funciones viernes, sábado y domingo, (excepto el viernes 23) a las 20:00 horas, recepción 19:30 horas. La cooperación es de 200 pesos por persona.

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