El sonido de las tijeras cortando los retazos de tela, la máquina de coser a todo motor y las manos de su madre delineando con finas puntadas las coloridas flores de los jardines de las almohadas y los manteles de la casa, son algunos de los recuerdos que Martha Medellín conserva de su infancia, y cuya remembranza desde hace tiempo guía sus pasos hacia el arte de bordar.

“Ahora que mi madre ya es grande, y que por lo mismo le cuesta ver un poco, me pide que le ayude, es como un cambio de roles; ahora me toca a mí estar del otro lado”, dice la queretana sobre Ana María, de quien aprendió esta noble labor, cuando cerca de una lámpara o en el marco de la puerta, se sentaba a bordar durante largas horas bajo la luz del sol.

 Bordando ideas con “Little Mess Patch”
Bordando ideas con “Little Mess Patch”

Hace unos años Martha decidió retomar esta técnica, con el propósito de crear parches originales y promover esta actividad que durante siglos ha reunido a diferentes generaciones de bordadoras de todo el mundo, en la cocina, la comodidad de una sala o un jardín.

Por ello, este año en La Casa del Obrero Nostálgico, Medellín ha inaugurado un taller temporal dirigido a mujeres y hombres, donde el público interesado aprenderá el a, b y c de esta técnica, a través de la confección de parches originales.

De acuerdo con ella, esta expresión ha recobrado mayor fuerza en los últimos años, y se ha popularizado sobre todo entre las feministas, quienes la han retomado para trasladar su visión política del hilo a la tela.

 Bordando ideas con “Little Mess Patch”
Bordando ideas con “Little Mess Patch”

“Para mí es otra de las maneras en las que las mujeres como creadoras, nos podemos empoderar, y empoderar a otras al compartir nuestros conocimientos, como lo ha hecho ya el colectivo Nastyfeminasty de la Ciudad de México”, asevera Medellín, quien durante su trayectoria ha encontrado inspiración tanto en bordadoras mexicanas (Fuego Rosa, Bordandopalabras, Mariquita María y Silvia Peligro), como de Argentina (Bordados.sabbath), Chile (Tornasolbordados) y España (Patch racon).

A meter hilo… Usando el bastidor como si fuera un pizarrón, Martha inicia la lección explicando a detalle las puntadas básicas para el delineado y el relleno, así como la técnica para bocetar la imagen antes de poner las manos sobre el bordado.

Mientras unos ensalivan la punta del hilo para introducirlo al minúsculo ojo de la aguja, otros asienten con la cabeza cuando Medellín enlista los múltiples beneficios de esta actividad, pues además de ser reconfortante y calmante, asegura que incentiva la meditación y fortalece el sistema neuronal. “Te permite expresar lo que sientes, te calma si estás estresada, y puede llegar a aliviar la depresión (…)”, afirma convencida.

 Bordando ideas con “Little Mess Patch”
Bordando ideas con “Little Mess Patch”

En el curso, Medellín deja a la vista algunas de sus más recientes creaciones en parches, entre las que destacan diversas alegorías mexicanas y abstracciones tridimensionales, así como la hilarante caricatura del actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Para el proceso creativo incentiva el trabajo colaborativo entre las participantes, pues afirma que una de las cualidades de esta expresión es que “se puede hacer de manera colectiva. Algunas mujeres incluso se llegan a rolar entre ellas un bastidor para generar una pieza entre todas. El chiste es que echen a volar la imaginación y que al ver el resultado interpreten colectivamente las emociones que la o las creadoras dejaron en cada una de sus puntadas”, manifiesta.

Finalmente, la joven explica que la técnica de bordado se puede utilizar para elaborar parches o intervenir directamente las prendas de vestir y otros objetos decorativos como mochilas, gorras y hasta fotografías sobre tela.

Desata tu imaginación con ayuda de la aguja y el hilo

Para más información visita su página de FB o Instagram: Little Mess Patch

El próximo taller tendrá lugar el 23 febrero, de 15:00 a 19:00 horas, en La Casa del Obrero Nostálgico. Ubicada en Luis Pasteur Sur 44, Centro.

El costo es de 200 pesos e incluye un kit de bordado y una bebida.

arq

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