¡Qué intrépidos!, ¡Bárbaros!, ¡Fenomenal!, se escuchó en el foro del Museo de la Ciudad al finalizar el concierto que unió el pasado sábado dos celebraciones: el debut del Ensamble Aleph, primera agrupación queretana dedicada a la música nueva y experimental, y el estreno en esta ciudad de Treatise, obra gráfica del británico Cornelius Cardew (1936 -1981).

En el Ensamble Aleph destacó la participación del músico e inventor de instrumentos Ernesto Martínez, ganador del Premio Estatal de Cultura 2019; Yamani Fuentes (flauta); y Alejandro Huerta (percusiones), músicos de la Orquesta Filarmónica del Estado Querétaro; y Ezequiel Domínguez (contrabajo), coordinador de las orquestas de la Secretaría de Cultura de Querétaro.

Y para su debut, estuvieron acompañados en el escenario por los compositores de Interciclos, Ignacio Baca Lobera (guitarra), Andrea González (flauta), y Germán López Vargas (guitarra).

El Ensamble Aleph es una iniciativa del músico y director Francisco Muñoz, y el compositor e integrante de Interciclos, Juan José Bárcenas, quienes platicaron en entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro del origen de esta agrupación.

¿Antes de ustedes no había en Querétaro un grupo dedicado a la música contemporánea, a la música nueva?

Juan José: No. Hubo algunos esfuerzos de traer conciertos a la ciudad, pero un grupo de aquí, no.

Francisco: No, yo me fui de la ciudad como 15 años, cuando regresé no sabía bien qué había pasado y le pregunté a Juan José si éramos el primer ensamble, y sí.

Juan José: Con este concierto oficialmente se inauguró en Querétaro la primera agrupación de música contemporánea, de música experimental.

¿El objetivo final cuál es, que se animen otros músicos a crear más ensambles, impulsar el trabajo de más compositores?

Juan José: Sí, y que haya más público, más foros, que en un fin de semana se puedan estrenar tres obras contemporáneas en diversos lugares, como sucede en la Ciudad de México, y como ocurre a veces en Monterrey, Morelia y Guanajuato, pero son cuatro puntos en el país, y eso no sucede en Oaxaca, Chiapas, Tijuana, y nosotros queremos integrarnos a esa misma dinámica de las grandes ciudades, porque Querétaro es una ciudad muy grande ya, y queremos ser un reflejo de esa misma evolución que están teniendo socialmente las ciudades mayores.

¿Cómo surge la idea del ensamble y cómo convencieron a los músicos?

Francisco: Nos dimos cuenta que faltaba, yo como intérprete lo veo y él como compositor, estrechar ese lazo entre intérpretes y compositores. Y vale decirlo, no todos los músicos, no todos los intérpretes están dispuestos a tocar esta música y a entrarle de la misma manera que uno y eso es muy respetable también.

¿Ahí es donde entró tu labor de convencimiento?

Francisco: No quisiera llamarlo así, suena a coacción eso, diré una amable invitación (risas). Con todos los músicos que están involucrados en el Ensamble Aleph, me une, antes que un compromiso profesional, una amistad, por eso aceptaron la invitación.

¿Cómo van a trabajar, será un ensamble con apertura a más músicos?

Francisco: La idea es que el ensamble se amplíe, crezca, puede ser cambiante, itinerante, porque la música contemporánea es así, por ejemplo en Treatise no hay un instrumento definido, entonces se puede hacer casi cualquier cosa, así que la idea es que crezca según las necesidades.

A los integrantes de Interciclos los habíamos visto en su perfil de compositores y ahora los vimos en el escenario, tocando también.

Juan José: Sí, fue un reto interesante, también es para que se quiten la polilla los compositores y que se enfrenten a la locura del escenario, es un proceso muy diferente porque el compositor no escucha y no ve la música como el intérprete, nunca, es una práctica muy sana que debería de darse más a menudo, porque también uno empieza en su esquizofrenia compositiva a crear realidades que no existen, y al enfrentarte al escenario, al instrumento como tal, también puedes apreciar el fenómeno musical desde otra manera, y creo que es también enriquecedor para los instrumentistas. ¿O me equivoco, Francisco?

Francisco: No, y más con este tipo de obras que para algunos podría parecer bastante sencillas, pero para nosotros como músicos también es un reto, tan sólo en el sentido de que somos muchos, 14 personas en el escenario, es una gran labor tan sólo ponernos de acuerdo.

Juan José: Porque son como 14 conciencias en activo.

Francisco: Sí, 14 libertades, pero eso lo vuelve interesante también, y esa es, creo, la razón por la cual hemos estado colaborando Juan José y yo, porque notamos como un hermetismo que no permitía que se dieran las cosas, y con la creación del colectivo Interciclos se comenzó a romper eso, entonces es importante esta colaboración directa entre compositores e intérpretes, porque hay una barrera que al menos yo noté cuando volví a la ciudad y hay que trabajar en ello.

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