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Kinky, la banda regiomontana liderada por el cantante Gil Cerezo, hizo vibrar el Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez, con el inicio de su gira Unplugged.

A pesar de no haber logrado conseguir una asistencia por parte del público al 100 por cierto, la banda ofreció un show que constó de dos partes. La primera de ellas con temas de su reciente material Unplugged, en el que la banda logra desenchufarse por completo para hacer de sus más famosas canciones, una versión más lenta y sin mucha producción; la segunda fue para prender al publico con sus clásicos como “Bailar hasta quemarnos”, “Una línea de Luz”, “Después del After”, entre otras.

Luego de 15 años de fructífera carrera musical y de posicionarse en el gusto del público de todas las edades, Kinky hizo de las suyas, saludando a los asistentes queretanos y apoyando al equipo Gallos Blancos, pues en un parte del concierto, uno de los integrantes ondeó por el escenario la bandera del Club queretano, motivo que provocó que los ánimos entre los fanáticos se encendieran aún más.

La producción contó con una pantalla y un juego de luces que, en conjunto, completaban la sencilla pero muy adecuada iluminación del espectáculo, haciendo del concierto una noche arrebatadora.

El show que tuvo una duración de aproximadamente hora y media logró cumplir con las expectativas de los seguidores de la banda, quienes a pesar de haber esperado alrededor de 40 minutos para el inicio del concierto, brincaron, bailaron y corearon las canciones más representativas de la agrupación musical.

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