Antes de volar un avión real, los pilotos deben pasar horas de entrenamiento que los someten a las inclemencias del clima e incluso a las posibles fallas que una nave puede tener mientras está volando. De acuerdo con Enrique García, gerente de operaciones de vuelos en Aeroméxico, para esta preparación se necesita la última tecnología en simuladores.

Con este fin, la empresa mexicana trajo el Boeing 787 Dreamliner, que es el equipo más avanzado del mundo para practicar este trabajo. La línea aérea será la primera que implemente este simulador en Latinoamérica.

“Las partes se piden a Boeing como si se tratara de un avión real, no hay nada distinto. Lo único diferente es un centro de control para el instructor donde puede programar fallos de todo tipo (hidráulicos, eléctrico, aire acondicionado) y monitorea la actividad de los pilotos”, explicó Guillermo Hinojosa, jefe de equipo e instructor de manejo del Boeing 787 en la empresa.

Replicando la realidad. El Boeing 787 Dreamliner es un equipo que puede recrear 30 escenarios de simulación en los que se incluyen vuelos de día o de noche y con aspectos de baja visibilidad como lluvia, nieve, neblina e incluso en turbulencia.

En el sistema se tienen al menos 41 aeropuertos entre los que destacan Londres, Madrid, París, Santiago de Chile y México. En cada uno de ellos se recrean las ciudades de manera puntual, y de forma panorámica, en un mapa en tercera dimensión, para que el piloto observé cómo se ve la ciudad cuando la esté sobrevolando.

Esto es posible porque el simulador trabaja con paneles de visualización real de 200 grados y base de movimiento electroneumática que permite brindar una experiencia real.

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