En su camerino del Teatro del Centro Libanés, poco antes de salir a escena, Ignacio López Tarso, uno de los actores más prolíficos dentro del cine, el teatro y la televisión mexicana, habla sobre el papel más importante en su vida: el del esposo, padre, abuelo y bisabuelo que este jueves celebra nueve décadas de vida. Y lo hará de forma íntima con sus seres queridos.

“90 años es ya mucho tiempo. Me siento bien como estoy, es muy agradable llegar a esta edad bien de todo, con buena salud en general, con trabajo, con una situación cómoda. Mis hijos, mis nietos y mis bisnietos están cada vez más cerca, estamos muy unidos y la celebración será con ellos”, contó en entrevista.

El actor actualmente es parte de la obra Aeroplanos, con la que realizará una gira por varias ciudades del país, y en unos días iniciará grabaciones de la telenovela Amores con trampa de Emilio Larrosa, y posiblemente en abril forme parte de una película, pero su pasión siempre ha estado en el teatro.

“Ahí cuentas una historia de principio a fin todos los días”, y aunque reconoce su edad, afirma que “mientras pueda, lo seguirá haciendo”, por lo que la palabra retiro no se encuentra en su presente.

Tras despedir a su nieto “pródigo” Antonio Sánchez luego de las fiestas decembrinas, López Tarso, orgulloso de las nominaciones del baterista por la música de Birdman, comenta que lo que ha dado a su descendencia es su propio ejemplo.

“La mejor manera de dar consejos es con el ejemplo, si a mí me ven trabajando constantemente, ven que mi vida está entregada a mi profesión y que lo más importante es vivir con mi profesión, que soy una gente muy rigurosa conmigo misma, porque soy muy puntual, muy cumplido, muy serio y muy responsable, es un buen ejemplo”.

Sin embargo, no todo en la profesión que escogió es amable, pues reconoce que son pocos los amigos que tiene en el medio artístico.

“Haces amigos durante una temporada, los ves todos los días, sales de gira con ellos, estás en el mismo hotel, comes con los demás... Se hacen amistades que parece que son para toda la vida, pero se termina la temporada y nunca más los vuelves a ver.

Así le pasó, cuenta, con Helena Rojo durante la temporada de El Cartero.

“Yo ahora extraño muchísimo a Helena Rojo... Dos años y medio de verla todos los días; me gusta mucho como actriz, como mujer y todo, está muy guapa y yo la pasaba muy bien, pero se acaba (la obra) y no nos volvemos a ver. Aquella amistad de tanto tiempo se termina. Igual que en el caso de Helena ha sucedido con mucha gente con la que he trabajado”, comentó el actor reconocido por su personaje en Macario.

Fuera del escenario. Lejos de los foros de grabación, el actor también tiene un mundo que le provoca emociones y gozos, como la comida mexicana y el recuerdo de su esposa Clara Aranda (fallecida en 2002), a quien estuvo unido por 50 años. “Ella fue fundamental en mi vida, en mi carrera actual y en mi futuro”, y madre de sus tres hijos: Susana, Gabriela y Juan Ignacio.

“Era tan buena cocinera que yo prefería siempre comer en mi casa que en cualquier gran restaurante, ella cocinaba de todo, sobre todo cocina mexicana”, por eso su comida continúa en las recetas que dejó y que siempre pide López Tarso que le preparen.

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