“La producción y la difusión del vino italiano siguen en crecimiento. La exportación de nuestro vino ha ido en aumento respecto a los últimos cinco años; lo que se busca ahora es aumentar la calidad para hacerlos más competitivos frente a países productores como Francia, que se han distinguido por la estupenda relación de precio y calidad," advierte Antonio Antonelli, director de Exportaciones de Cantina Galasso.

Ubicada en Loreto Aprutino, en la provincia de Pescara, Galasso tiene como producto insignia el Montepulciano d'Abruzzo (DOC), si bien cultiva y procesa otras variedades como Sangiovese, Merlot, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Trebbiano, Pecorino, Chardonnay. Posicionados como uno de los productores de vino más importantes de la zona, y con un proceso que involucra desde el viñedo hasta la botella, la bodega produce en la actualidad 3 mil botellas anuales. Cuenta con 220 hectáreas de las cuales 120 corresponden a viñedos propios y el resto están bajo su control, explica Antonelli.

"Bodega Galasso es una bodega familiar que lleva tres generaciones haciendo vinos. La propiedad está cerca del mar Adriático; es la región más verde de la zona y comprende parte muy importante de un parque nacional. En la etiqueta de Corno Grande puede verse la imagen de una cabra, el animal más representativo de esta región que tiene la montaña más alta de la zona. La altura, entre otros factores, determina las condiciones adecuadas para que la uva se desarrolle.

"La uva Montepulciano es una de las mejores que se pueden usar para vinos de largo envejecimiento, funciona perfectamente en mezclas. En nuestro caso, la apelación permite usar hasta 85% de la variedad. Afortunadamente el nivel de producción que tenemos en nuestros viñedos no es una limitación que condicione el uso de la Montepulciano," indica.

Subraya que Ettore Galasso y su familia siempre están vigilando todo el proceso, desde el campo hasta la bodega, buscando mostrar el carácter de la uva en los vinos.

"La calidad es superior a la que puedan ofrecer algunas cooperativas y estamos entre los principales productores de la DOC. La bodega está orientada a controlar todos los procesos, desde que se planta la uva hasta que los vinos son embotellados. Contamos con páneles solares y la tecnología más avanzada. Somos parte esencial de una de la regiones más importantes de Italia, en la que se producen alrededor de 3 millones de botellas al año. A pesar de ser una denominación pequeña, tenemos bastante representatividad, si bien no a los niveles que tiene Lambrusco," precisa Antonelli. Resalta también que la ubicación privilegiada de la bodega permite que se tenga más cantidad de horas sol, lo que facilita que la uva madure de una manera más uniforme. El resultado de la combinación de estos factores son vinos con aromas entre los que destacan fresas, moras y grosella negra. Llegan a una complejidad muy alta, con notas florales. Son vinos que tienen una buena integración de alcohol y acidez. Los vinos italianos se caracterizan por un nivel de acidez alto, entre más equilibrado esté con el tanino va a ser una mejor acidez. Se muestra untuoso, con un cuerpo medio que es persistente.

"La DOC permite que el vino se pueda poner al mercado el primer año, si se acaba de cosechar en 2014, por ejemplo, en 2015 ya se encuentran disponibles los vinos de esa añada. Con respecto al consumo en México, no es tan común que los comensales lleguen a un restaurante y pidan un Montepulciano, se van al Brunello; sin embargo queremos abrir más el acercamiento y que comprueben sus bondades gastronómicas. Además será una aventura muy afortunada el encuentro de las cocinas de México con nuestros estupendos vinos blancos," comenta Antonelli.

El sommelier Gerardo Téllez, de Básicos Gourmet, expresa que Cantina Galasso produce vinos de excelente relación precio-calidad, algunos de ellos ideales como aperitivos. "Hoy en día nuestra cultura gastronómica ha crecido. También cuenta con vinos muy interesantes que puedes combinar con carnes, con salsas más intensas, pues estos caldos tienen una base de acidez muy buena, bastante agradable al paladar. Es cuestión de experimentar y atreverse a ampliar el rango de conocimiento gustativo," precisa Téllez.

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