Este regreso a clases en las escuelas de educación básica, podría no significar un momento feliz para muchos padres de familia debido a que tuvieron que hacer un sacrificio enorme para cubrir las cuotas ‘voluntarias’ y, aunado a esto, el gasto en útiles, ropa, calzado y ya pronto vendrá también la compra de libros que les pidan a sus hijos aparte de los gratuitos.

Se podría decir que sí será feliz para otros padres de familia debido a que ven a las escuelas como guarderías en donde les cuidarán a sus hijos algunas horas.

Y es precisamente el horario lo que está creando polémica entre familiares, conocidos, vecinos y allegados a las familias cuando comentan entre ellos sobre la diferencia de los horarios de clases en algunos planteles, ya que unos siguen conservando el horario habitual de las 8:00 a las 12:30 ó 13:00 horas, pero hay otros que ya han puesto en práctica un horario en que la salida de los alumnos es hasta las 14:30 horas, y esto se les ha hecho muy extraño a muchos papás y mamás, ya que se preguntan por qué en unas escuelas es un horario más corto y en otras otro más largo.

Desde luego que sí hay padres de familia que ya están enterados que se pretende ampliar el horario de clases en todas las escuelas de nivel básico y que inclusive se han estado llevando a cabo programas piloto denominados pomposamente como “Escuelas del Milenio” para ver qué horario se ajusta mejor para los escolares, ya que en un tiempo se hizo la prueba de llevar un horario de clases fraccionado, de 08:00 a 12:30 horas, con un periodo para salir a comer, regresando los alumnos a las 16:00 horas para salir hasta las 18:00 horas, completando un tiempo de clases de seis y media horas efectivas. Sin embargo, al parecer este horario fraccionado no dio los resultados esperados, por lo que ahora se está implantando en algunas escuelas el horario corrido de seis horas y media y en algunas hasta de siete horas de clases, ya que se dice el tiempo continuo por día es de 08:00 a 15:00 horas, oficialmente.

Sin embargo, no por más horas de clases que reciban los niños (se engloban ambos géneros) van a aprender más, mientras no se establezcan métodos de estudio más eficientes y que quienes se encargan de impartir las clases tengan más capacidad, que estén mejor preparados y desde luego incentivados y no amenazados con perder su trabajo a las primeras de cambio.

El reloj biológico de los niños corre muy despacio, baste con recordar nuestra infancia para comprobarlo; un claro ejemplo lo podemos tener con las navidades que, cuando éramos niños, se nos hacía eterno el tiempo entre una y otra, pero ya en la vida adulta pareciera que se vienen como en cascada una tras otra. Así que con tanto tiempo que pasen los niños en su escuela, llega el momento en que el tedio hace presa de ellos, sobre todo cuando empieza a bajar el sol y si es tiempo de calores, peor aún, por lo que llegado este momento su cerebro se obnubila de tal manera que ya no retiene nada de nada, ni siquiera los pequeños a los que se les da por llamar “cerebritos”; tantas horas de clase se les puede hacer una eternidad y en vez de incentivarse para estudiar a fondo, quizá en lo único que se agarren pensando es en ver cuánto falta para la hora de salida.

Otra cosa que podría perjudicar seriamente a los escolares de enseñanza básica es la alimentación, y por supuesto el gasto adicional para los jefes de familia porque ahora hay que mandarlos a clases con lunch o llevárselos a la hora del recreo.

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