La ingesta de comida chatarra y altamente industrializada, así como una mayor tendencia al sedentarismo son los dos factores principales que provocan obesidad, problema que se eleva en las grandes ciudades como el Distrito Federal y Monterrey. Para revertir esta situación, es aconsejable fomentar hábitos y valores saludables que ayuden a sus hijos como es:

• Fomentar, en tu pequeño, el deporte o los juegos al aire libre y establecer horarios breves para ver televisión o jugar con videojuegos.

• Se debe incrementar la ingesta diaria de frutas, verduras y hortalizas, al menos 400 gramos al día. Eso equivale a consumir al menos cinco raciones diarias de estos alimentos

• Moderar el consumo de productos ricos en azúcares simples, como golosinas, dulces y refrescos.

• Reducir el consumo de sal a menos de 5 gramos por día y promover la utilización de sal yodada.

• Beber entre uno y dos litros de agua al día (las bebidas azucaradas o industrializadas no entran en este rubro, únicamente se debe consumir agua pura).

• Nunca prescindir de un desayuno completo compuesto por lácteos, cereales (pan y galletas) y frutas. De esta manera se evita o reduce la necesidad de consumir alimentos menos nutritivos a media mañana y se mejora el rendimiento físico e intelectual en la escuela.

• Realizar al menos una de las comidas del día en familia, sentados a la mesa, sin encender la televisión y platicar con los pequeños acerca de sus inquietudes o necesidades.

• Para involucrar a los menores en el tema de la alimentación se debe incluir a todos los miembros de la familia en las actividades relacionadas con la buena cocina: realizar las compras, decidir el menú semanal, preparar y cocinar los alimentos, entre otras.

• Empiece por tener siempre en mente que la mejor y más efectiva forma de enseñar a los hijos es con el ejemplo. Ellos aprenderán de lo que vean en el hogar. Así que, si en casa comemos bien, y las frutas y verduras forman parte de nuestra dieta cotidiana, las posibilidades de que los pequeños se acostumbren a ellas son mucho más altas.

• Recuerde que los niños necesitan alimentarse cada tres o cuatro horas, esto significa que debemos cocinar para tres comidas, dos refrigerios y muchos líquidos. Mantener ese ritmo hará que su hijo baje los niveles de irritabilidad. Si van de paseo, es necesario llevar zanahorias, frutas o yogur, para no depender de las comidas rápidas del camino.

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