Giovanni Bellei nació en la ciudad de Bologna, Italia. Creció junto a sus padres Luigi Bellei y Evelina Barbieri, quienes siempre lo guiaron en su camino de ser mejor y ayudar a los otros. Estudió la carrera de Ingeniería Civil en la Universidad de Bologna, y en 1980 ingresó a la empresa SAE S.I.M, la cual se dedicaba a la electrificación de ferrocarriles, sin saber que años después cambiaría el rumbo de su vida. Ese mismo año, la empresa italiana ganó un proyecto de electrificación que se llevaría a cabo en México durante el gobierno del expresidente José López Portillo. Meses después, Giovanni tomó un avión a México con el plan de quedarse únicamente los 18 meses que duraría el proyecto, pero poco a poco comenzó a crecer su amor por nuestro país. “Cuando llegué aquí y vi las diferencias que existían entre la gente rica y la gente pobre decidí que quería hacer algo por esta situación”, señaló Giovanni. Durante años se dedicó a apoyar a la población, logrando que empresarios italianos invirtieran en Querétaro. En 1986 fue elegido presidente de la colonia italiana por su gran labor que realizó durante diez años. “Mi papá durante la segunda guerra mundial sufrió hambre, pero Italia logró superarse a través de las PyMes, de esta forma nace uno de mis sueños en México, el traer empresas italianas al estado y generar miles de empleos”, sostuvo. En 1993 fue nombrado cónsul honorario de Italia en Querétaro, Guanajuato, Hidalgo y San Luis Potosí. Diez años después, se inauguró la planta de Maccaferri en Querétaro, empresa especialista en soluciones de ingeniería ambiental, en donde actualmente ocupa el cargo de director general. “En mi empresa soy uno más, soy una persona que trabaja, sabe entender y transmitir lo que es la labor industrial. Me considero exigente, pero debo serlo para lograr mis metas”, comentó. En el año 2000 se mudó en compañía de su esposa Inés Rojas Zetina de Bellei a su actual residencia, la cual cuenta con tres pisos y un estilo único en donde destaca el estilo minimalista y moderno, donde predominan los colores rojo y blanco. Cada uno de los muebles de la casa son italianos, así como el piso y los detalles que la rodean. La construcción se llevó a cabo bajo el gusto de ambos y tardó cinco años en terminarse, ya que cumplió con cada deseo del cónsul. En la residencia hay una terraza en donde se respira un ambiente de armonía gracias a la pared especial forrada de plantas. Éste es el lugar favorito de la casa para Giovanni. “Diseñé mi casa al estilo italiano para recordar a mi país, el cual amo mucho. Mi casa me da tranquilidad y es un motor para mi mente que me ayuda a crear nuevas cosas”: GIOVANNI BELLEI

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