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En lo que representa un absurdo más de este gobierno, se pretende distraer la atención de los grandes y graves problemas que sufre la sociedad, creando juegos de artificio en torno a los salarios de servidores públicos.
No es una nueva treta, pues ya se usó como bandera política en 2019 e implicó la aprobación de una ley para establecer topes salariales, misma que fue declarada inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación y que implicó la aprobación de otra ley. Muchos recursos públicos han sido utilizados en este tema como para que ahora pretendan seguir creando cortinas de humo en torno a él en lugar de atender los asuntos que sí interesan a la República.
Ante su incapacidad y falta de resultados, pretenden hacer de los sueldos el debate interminable.
El tema hoy ya no debería ser que nadie gane más que el presidente, sino bajar el sueldo que gran parte de los servidores de alta jerarquía de la Administración Pública Federal obtienen a cambio de no hacer nada, no resolver problemas y crear muchos más.
Las y los mexicanos están indignados por la falta de respuesta gubernamental ante los problemas que los azotan todos los días.
México requiere urgentemente de servidores públicos capaces, comprometidos, eficaces y honestos, que no simulen trabajar cuando en realidad lo que hacen es labor proselitista.
La sociedad está perdiendo demasiado con un gobierno que no gobierna y que despilfarra a manos llenas.
En el mar de problemas serios que agobian al país, el grupo en el poder busca recuperar los niveles de popularidad a partir de provocar el enojo social, de manera que las causas de todo lo que hoy se padece se atribuya, sin razonamiento pero con emociones, a los gobiernos anteriores.
México reclama soluciones, no pretextos. Por el bien de nuestros hijos, no dejemos que sigan destruyendo a nuestro país y distrayendo la atención de lo importante.