¿Pueden escucharla? Presten atención. Tic-tac suena la bomba de tiempo. Tic-tac, avanza lentamente. Lo que parecía un tranquilo verano, se ha convertido en una bomba de tiempo.

Sólo basta echar un vistazo a Brasil, que pintaba para ser una fiesta y las recientes manifestaciones han demostrado que el futbol es lo más importante de lo menos importante. Los brasileños han dado una lección al mundo que no todo es pan y circo y que antes que goles, prefieren frijoles.

¿Cómo empezó todo en Brasil? Empezó por un problema que también tenemos en Querétaro: el transporte público. El gobierno aumentó el equivalente de un peso mexicano el costo del pasaje, lo que generó protestas.

Y aunque el gobierno brasileño ya dio marcha atrás en el incremento, las protestas siguen y han opacado la Copa Confederaciones. Incluso jugadores de la verdeamarelha se han mostrado solidarios con el movimiento.

Tras la protesta por la tarifa del transporte ahora luchan contra la corrupción generalizada de la clase política. Los altos costos de la construcción de los estadios para el Mundial de 2014 han despertado a los brasileños.

Para muchos ha sido sorpresa porque en realidad tenemos poca información de lo que pasa en Brasil. De acuerdo con el sociólogo brasileño Boaventura de Sousa Santos son tres los factores que han llevado a las protestas. La primera es la desigualdad social acompañada de una élite cerrada y discriminatoria. A esto se le suma que desde el gobierno de la presidenta Dilma la democracia participativa ha disminuido, al igual que los programas de inclusión social. Y el resultado lo tenemos a la vista. Personas que salen a las calles para reivindicar sus derechos y una de sus herramientas para las convocatorias son las redes sociales, esos vehículos de expresión tan temidos por los políticos.

Y la chispa que encendió todo fue el transporte público. Un problema también latente en Querétaro que los diferentes gobiernos han dejado crecer. Ya en 2009 hubo marchas contra el aumento de la tarifa y se conformó un movimiento social que permanece atento al actuar de las autoridades que hasta ahora sólo han implementado soluciones cosméticas como el internet en las unidades.

La gran apuesta fue la tarjeta de prepago, pero las capacitaciones a los operadores no parece dar resultado. La semana pasada dos accidentes dieron la muestra de que el transporte público está lejos de tener solución.

Sin embargo, ese no es el único punto rojo en Querétaro. El desordenado crecimiento urbano ha traído como consecuencia la lucha por la tierra. El caso de La Laborcilla es el ejemplo más trágico, donde un grupo armado quitó la vida a un ciudadano que reclamaba su legítimo derecho. Y esos casos de peleas por la tierra y regularización de colonias irregulares van en ascenso. A eso añadan el incremento de la percepción de la inseguridad en la capital.

¿Escuchan? Es el tic-tac de que algo puede estar gestándose si no se atiende a tiempo.

Periodista y sociólogo. Docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAQ. Director del semanario universitario Tribuna de Querétaro

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