Seguimos con el análisis de los aspectos que pueden influir en el voto de los ciudadanos en las próximas elecciones. Otro de ellos es el aspecto de la salud. Pese a la promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador de crear “un sistema de salud como el de Dinamarca”, cada vez más personas carecen de acceso a los servicios de salud.

Entre 2018 y 2022, 30.3 millones adicionales de habitantes padecieron la falta de atención, según reporta el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

El año pasado se duplicó la población que enfrentó carencia de servicios de salud, al pasar de 20.1 millones de personas sin acceso en 2018 a 50.4 millones en 2022.

Durante este periodo, el porcentaje de población con carencia de acceso a servicios médicos aumentó de 16.2% en 2018 a 39.1% el año pasado.

En las Estimaciones de Pobreza Multidimensional 2022, Rosario Cárdenas, investigadora del Coneval, explicó que el aumento de población sin servicios de salud responde a los cambios que el gobierno federal ha implementado en el sistema de salud.

En 2020, eliminó el Seguro Popular y creó el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que también desapareció oficialmente en 2023 para dar paso al organismo IMSS-Bienestar.

Los cambios se aplicaron sin un periodo de transición intermedio y, sumados a los impactos de la pandemia de Covid-19, han dado como resultado una cobertura de salud parcial, señaló la académica. “Eso es lo que explica que haya aumentado la cifra y hoy esté en los niveles en los que nos encontramos. Es un elemento de gran preocupación.”

Para Claudia Maldonado, otra investigadora académica del Coneval, los resultados reflejan las desigualdades en México, pues la población sin servicios de salud se concentra entre las personas más pobres.

“A pesar de que hay una recuperación del ingreso, tenemos una permanencia notable de las carencias sociales, lo que da cuenta de la magnitud de la deuda social del Estado mexicano, y un repunte dramático del número de personas que reportan carencia por servicios de salud”, apuntó.

Hasta el momento el gobierno de López Obrador no ofrece un modelo de atención en salud acorde a la expectativa que se generó al inicio de su administración. El sistema de salud ha carecido de acciones concretas, políticas financieras sólidas, un mejor enfoque en la cobertura y la calidad de la atención médica, además de que las reformas implementadas al sistema como el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) o el IMSS-Bienestar han afectado a los servicios individuales y colectivos.

Andrés Castañeda, consultor de salud en el colectivo Nosotrxs, comentó que los desafíos para mejorar la cobertura de salud en México son diversos. Entre los que destacó, están la falta de homogeneidad entre los estados y la necesidad de un presupuesto más planificado a largo plazo.

“El presupuesto sigue siendo un freno bien importante para la salud y a ver, si bien es cierto que no tiene caso invertir más, no sabemos en qué lo vamos a gastar, pues tampoco estamos buscando hacer una planeación a largo plazo concreta para que le puedan brindar más recursos con sentido”.

Siguiendo con las promesas, hace pocos meses López Obrador tuvo una nueva gran idea. El gobierno debería crear una especie de súper farmacia, donde se pueda almacenar todas las medicinas que los mexicanos pudiéramos requerir. Y se responsabilizó a Birmex, otro viejo organismo descentralizado, sin tener idea del universo de medicinas que tiene que almacenar, ni mucho menos de cómo distribuirlas.

En el Senado se encuentra una iniciativa que pretende, entre otros asuntos, reformar la Ley General de Salud para que no esté obligado el gobierno federal a promover la descentralización de los servicios de salud hacia los estados. De aprobarse, se atentaría contra el espíritu federalista de México.

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