Las artes marciales han demostrado su grandeza e importancia dentro de la pandemia que se vive por el Covid-19. Su práctica se mantiene en pie desde casa, como muy pocos deportes lo pueden hacer. En especial, el karate sale a relucir en esta contingencia ya que todas las herramientas que adquieren los que lo practican son útiles para la vida cotidiana, y aún más exitosas cuando se trata de adaptarse a un nuevo ambiente.

El entrenador, con más de 20 años de experiencia en esta disciplina, Félix Capilla, tuvo que adaptarse, al igual que sus alumnos, para continuar los entrenamientos desde casa. El K.O. Karate and Fight Center está ofreciendo sus clases a través de las plataformas digitales que están teniendo auge para videoconferencias.

“Somos cabeza de la línea Shotokan en Querétaro, somos varios instructores y tenemos la escuela central en Corregidora, la ventaja es que este es privado y podemos acceder, aunque no el público. Hemos decidido dar las clases en línea por cuestión de la renta del lugar y para no perder a nuestros alumnos. Estamos transmitiendo en vivo las clases, pero abriéndolas para todos los grupos, de tal forma que nos ha funcionado porque el nivel técnico se ha estado homologando ya que lo revisamos ahí mismo, como dicen al mal tiempo buena cara”, explica Capilla.

Tecnología, fortalecedor de la práctica

La retroalimentación es uno de los puntos que ha fortalecido esta nueva dinámica de las clases en línea, ya que con la ayuda de las grabaciones se puede observar más detalles en la técnica. La teoría es algo que a veces se deja de lado por el practicante de algún deporte e incluso por quienes lo imparten; en este caso, la tecnología también ha servido para resaltar la enseñanza de la historia y los rituales que son tan importantes en las artes marciales.

“Una de las ventajas de las clases virtuales es poder tener más tiempo para la explicación a nivel cognitivo con un detalle o una plática introductoria antes de cada trabajo, y se está cultivando todo el ceremonial que se hacía en los dojos tradicionales, con algunas diapositivas que pueden revisar ellos en sus casas. La práctica la hacemos con karategui, y estamos dando la clase en el mismo horario para que ellos comiencen a modelar una rutina, eso desde el punto de vista sicológico les va formando un ritual para poder tener disposición de ejecutar las acciones”, dijo.

La práctica desde casa ha ayudado a que los padres de familia se involucren más con sus hijos, desde ayudarlos a instalar las herramientas para poder conectarse a su clase, hasta respetar su espacio y tiempo, además de poder observar el desarrollo de sus hijos a través del karate.

Las clases se han disminuido de tres días a la semana a solamente dos, pero estos espacios se han convertido en un tiempo donde no solamente es una práctica deportiva, si no que es más como un grupo de apoyo, una familia, en la que se mantiene una ilusión y una disciplina hacia la misma dirección.

“Algo que queremos agradecer a los padres de familia, es que continúan con sus cuotas, lo que ha permitido mantener el arrendamiento y el pago de algunos instructores. Sí bajó la actividad, pero, aunque parezca increíble con un aumento en la calidad, ya que al ser otra óptica nos permite prestar atención a los detalles”, dijo.

Resiliencia

A nivel internacional, Tokio 2020 sería el escenario en el que el karate tendría su debut dentro de los Juegos Olímpicos, al igual que otros deportes tendrá que esperar un año más. Previo a la contingencia se dio a conocer algunos clasificados a la justa veraniega, pero aún faltan muchos más, por lo que el lado bueno de esta pandemia, es que tendrán un año más para prepararse.

Tokio 2020 parece una prueba de fuego para los artistas marciales, pues ni en París 2024 ni en Los Ángeles 2028 tendrá lugar el karate, entonces en el 2021 podremos ver a la élite mundial de esta disciplina.

“Esto les da oportunidad a muchos de que se preparen el siguiente año para buscar su pase. Para unos fue complicado, pero en el sentido de estrategia les convino, porque como saben que solamente será un boleto, y el karate no regresa ni en París ni en Los Ángeles van a ir con todo y se verá un alto nivel técnico”, aseguró Félix.

“Al mal tiempo, buena cara”, dicen, y todo lo que hoy parece ser una crisis, terminará siendo uno de los mayores aprendizajes que tendrá esta generación. Lo que se genere hoy desde la trinchera de cada persona servirá para poder visualizar un futuro prometedor: “Esta parte del distanciamiento social, irónicamente, ha generado que haya mayor acercamiento. El grabar las clases nos está dando mucho material audiovisual de respaldo, nos está ayudando a ser más profesionales y responsables de la enseñanza. Quiero agradecer la labor que han estado haciendo los profesionales de la educación física al compartir su experiencia, creo que todo es válido, esto se ha dado para bien, ya que hay gente que se está activando en casa cuando antes no se movía, ya existe un autocuidado porque ya vieron que el cuerpo es frágil”.

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