Le dicen El Bombardero por ocurrencia de un amigo de su papá. Desde muy chico demostró la potencia de sus golpes, desde muy chico noqueó a varios que se le pusieron enfrente y comenzó su historia como boxeador.

“Hay un amigo de mi papá, un amigo del trabajo que veía muchas peleas mías desde el amateur y veía que a casi todos noqueaba y dijo que pegaba muy duro, que los golpes que tiraba eran como bombazos, y me puso El Bombardero, me gustó y cuando debuté como profesional lo usé”, expresó.

Uriel Pérez Vallejo nació el 6 de octubre de 1995, creció en una familia de tres hermanos.

Desde niños, Rubén Pérez, padre de Uriel, les inculcó que el deporte les daría disciplina y valores, fue entonces que Uriel conoció el boxeo.

“Me apoyó bastante mi papá, somos mucho del deporte, nos ha gustado el deporte de contacto, estábamos en futbol americano un tiempo y mi papá fue el que nos dijo del boxeo, al principio no quería, pero desde la primera semana me gustó”, dijo.

Hubo una época en la que la situación en casa no era fácil, su padre trabaja como soldador para algunas empresas y su madre Socorro Vallejo, siempre ha cuidado de Uriel y de sus hermanos: el más pequeño, Rubén, quien también es boxeador, y el más grande Omar, mientras que Uriel es el de en medio.

“De chicos tuvimos una vida muy pesada por lo económico, pero mi familia siempre me sacó adelante. Mi papá, más que nada, siempre estuvo trabajando para nosotros. Lo admiro muchísimo porque tiene esa valentía, ese coraje de salir adelante, y nos apoyó, él siempre nos decía que a él no lo apoyaron en el deporte que quería y por eso nos apoya. Y admiro a Mikey García, me gusta mucho su boxeo, también Mike Tyson ellos son los que más admiro, creo que todo hombre que esté en un deporte es admirable porque son muy buenos”, comentó.

Uriel comenzó ya grande de edad en el boxeo, a los 16, estuvo dos años y medio como amateur, fueron 45 peleas ganadas y cuatro perdidas las que le bastaron para decidir que quería ser pugilista profesional.

Los difíciles inicios.

“Es difícil empezar porque tienes que proyectarte. Cuando tu objetivo es se ser profesional y uno de los mejores tienes que enfrentarte a los mejores y obviamente es algo muy difícil, porque tienes que hacerte de un nombre en otros lugares, vas como carnada, y por esa parte es difícil empezar. Ya cuando te haces de un nombre, te empiezan a conseguir más peleas y rivales que te pueden dar guerra, empezar a proyectar es lo más difícil”, aseveró.

En su paso por llegar al objetivo, la escuela se convirtió en un obstáculo para el púgil queretano, los tiempos ya no alcanzaban, o entrenaba o estudiaba y Uriel tuvo que tomar una decisión de vida, soltar un privilegio que pocos tienen, sus estudios.

Hoy, a dos años de su debut como profesional en el boxeo, Uriel suma 17 peleas ganadas, dos perdidas y 14 ganadas por nocaut, y próximamente podría estar viendo los frutos de su esfuerzo, ya que está en el proceso de que la empresa Zanfer, una de las más reconocidas en el mundo en el deporte del boxeo, lo adopte como su peleador.

“Empecé a pelear en Guadalajara y hay visores, le ofrecieron la pelea con un boxeador de Nacho Beristáin. La pelea fue en San Luis, obviamente el chavo iba protegido por Zanfer, lo que pensé es que era la oportunidad, fuimos a San Luis, lo noqueamos y ahí fue donde se me empezaron a abrir las puertas”, dijo.

Bombardero, los golpes potentes de la dedicación
Bombardero, los golpes potentes de la dedicación

Luego de este acercamiento y de su gran trayectoria que ha tenido tanto en Querétaro como en diferentes estados, el próximo 9 de diciembre podría ser la oportunidad de presentarse en el escenario por excelencia del boxeo: Las Vegas.

“Están por confirmarme si peleo el 9 de diciembre en Las Vegas, ya andamos entrenando para cualquier cosa, lo importante es de que ya iría con Zanfer. Ellos me dijeron que ya empezaría a trabajar con ellos y es lo que me gusta, porque ya cuando inicias con una empresa, te empiezan a proyectar más y hace poco Zanfer me anunció como su peleador en Colombia y eso es como un inicio”, comentó.

Pero no todo es bonito antes de que lleguen los reflectores, elegir la vida de boxeador es dura, y quien la elige no sólo es porque tiene los puños, sino porque tiene agallas y conoce las inclemencias que esto pueda traer, cuando uno empieza como profesional los malos pagos y mafias por recibir golpes se hacen presentes.

Malicia.

“Hay mucha malicia en este deporte, hay mucho dinero de por medio, y aun así cuando vas empezando, hay mucha arrogancia, quieren todos ganar y al peleador es al que menos le quieren dar, hay muchos promotores que ni siquiera lo son. Están para agarrar un peleador a una pelea y que pierdan y darles una mochada (sic) pero no le dan el dinero que ellos se ganaron, creo que en el boxeo hay muchos que te roban, tienes que estar seguro de con quien vas”, dijo.

Bombardero, los golpes potentes de la dedicación
Bombardero, los golpes potentes de la dedicación

Un peleador que va comenzando, en promedio gana a cuatro rounds cerca de 2 mil 500 pesos y como casi todo en México, si quieres que te vaya bien, tienes que dejar tu tierra.

“A cuatro rounds ganas unos 2 mil 500 cuando no eres apoyado por una empresa, porque cuando hay apoyo por lo general te pagan mil, o hasta mil 500 pesos. Hasta que te tienen bien fijo ahí es cuando te empiezan a pagar bien, y es donde te inicia a generar dinero para que te proyecten, pero creo que lo más conveniente para un peleador mexicano es salir de su tierra”, sentenció.

Pero Uriel no pierde el hambre y quiere ser la excepción en muchas cosas, como en el boxeo donde encontró el camino para salir adelante en un país donde el deporte no es el camino más fácil.

“Creo que voy muy rápido y voy muy bien, ya me considero como uno de los mejores de Querétaro, tal vez no conocido porque no he tenido algo televisado aquí en México, pero ya que empiece a ser transmitido, quiero ser el mejor del país y después uno de los mejores libras por libra, quiero ser campeón del mundo. Creo que puedo ser el primero del estado”, finalizó.

Bombardero sueña con que el boxeo le dé lo que de niño le faltó a su familia, y anhela con que su trabajo, en este deporte, le regrese un poco de lo que él ha dado para poderlo disfrutar con sus seres queridos.

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