Es difícil controlar a un grupo de 30 o 50 niños y niñas con personalidades diversas, con ritmos de aprendizaje distintos, todos con las mismas metas escolares planteadas e igual forma de enseñanza; con mínimas posibilidades de atención personalizada.

Estas características que se presentan en la escuela tradicional, sumadas a la intolerancia de los maestros, incluso violencia en contra de los estudiantes, orillaron a Cecilia y Consuelo a convertirse en guías escolares de sus hijos.

Basados en el modelo del homeschooling llevaron la escuela a casa; con ayuda de libros, guías pedagógicas y cursos de internet, además de la asesoría del Instituto Nacional de Educación para los Adultos (INEA) educaron a sus hijos en horarios establecidos.

“Tengo un hijo de 16 años, cuando estaba en la secundaria experimenté una frustración, él es muy inquieto y bromista, encontró maestros que eran intolerantes a eso... Es muy difícil que él se enoje, cuando llegó a secundaria un profesor lo golpeó fuerte, lo pateó cuando estaba sentado”, cuenta Cecilia Rosas Reyes.

Por ello, junto con Chelo Granados decidió abrir el Centro de Educación Integra Sunshine, ubicado en La Negreta, en Corregidora. “A partir de abril empezamos con el centro, antes cada quien estuvo en su casa con sus hijos durante un año. La idea nació en julio de 2016, no es educación en casa como tal pero que se acerca a este modelo, buscamos lo más cercano”, dice.

“Hemos pasado por muchas escuelas, el niño más pequeño ha estado en nueve, porque las maestras somos intolerantes, tiende a parase mucho, en los colegios tradicionales no permiten muchas cosas que hace un niño comúnmente como pararse y preguntar”, añade.

En el caso de Chelo, su hijo Didier pasó por nueve escuelas distintas, en ninguna logró adaptarse. “Llegamos a pensar que había algo que hacía que fueran intolerantes con él”, revela. Desde hace un año Didier estudia en casa y ahora es parte de los niños del centro integral que maneja su mamá.

“Es el sistema; están apurados a que memoricen, ni siquiera es aprender, se va por la coladera, pregunten a un niño después de un mes sobre cierto tema y no sabe”, considera.

“El menor de 16 hizo un año de homeschool porque lo corrieron de la secundaria por su inquietud, terminó la enseñanza conmigo, certificó por medio de INEA. Ahorita está en una prepa común, le va muy bien porque tienen técnicas de estudio, lee mucho y eso en ninguna escuela les enseñan, no hay propósito de lectura, le ha ayudado porque en la prepa es demasiada información”, comenta.

Cecilia también tiene a uno de sus hijos en el centro, Gael de 10 años, quien siguió los pasos de su hermano mayor, quien tras sufrir violencia de parte de uno de sus profesores terminó la secundaria en casa con certificación del INEA.

“Todos los niños son diferentes, tienen su propia manera de aprender, la educación es cuadrada, creemos que pueden aprender a través de moverse, de jugar, de preguntar, incluso les prohíben preguntar”, explica.

Al coincidir en la escuela secundaria de sus hijos, ambas compartieron su experiencia y decidieron llevar su labor a otro punto, abrieron en un lugar apegado al modelo homeschooling.

“Es complicado que los chicos lleguen a casa con baja autoestima porque los maestros no les hacen caso o terminan con el temor de preguntar, de opinar, por eso nació el tema, nos juntamos, surgió la idea, investigamos materiales, intercambiamos sistemas” explica Cecilia.

El centro Sunshine atiende a siete niños entre 5 y 10 años, todos los días de 8 de la mañana a 2 de la tarde en este primer momento con hijos de conocidos; ahí la enseñanza es con base en experiencias positivas, aprenden con juegos y realizan actividades que no imparten en escuelas tradicionales como cocina y agricultura.

“Estamos de 8 de la mañana a 2 de la tarde, no todo son cuestiones académicas, tenemos taller de pintura y yoga, un huerto, un taller de cocina que nos regaló una chef que es nuestra vecina y le gustó el proyecto”, refiere Chelo.

Su meta es expandirse, cambiarse a un lugar más grande, sumar a otros papás y ampliar su servicio, aunque no será un homeschooling 100% quieren que sea fiel a ese principio.

“Sí queremos crecer, aunque no es un sistema para toda la gente, es para quienes quieren un cambio y están convencidos de este, si no funciona que no culpen al modelo, hay personas a quienes no les funciona”, expresa.

En Sunshine trabajan con dos grupos: los más pequeños de nivel preescolar y los primeros tres grados de primaria y los que tienen más edad, con cada uno se trabaja de forma personal respetando su capacidad de aprendizaje.

La aceptación

Como todo aquello que se ve “diferente” Cecilia, Chelo y sus hijos se han enfrentado a la curiosidad y preguntas de muchas personas sobre de la efectividad del método, de la aparente falta de socialización de los niños y las dificultades para que las autoridades certifiquen lo aprendido.

“Ojalá que la gente no se pierda la oportunidad de conocer más sobre este concepto, que investiguen porque hay muchos acostumbrados al sistema tradicional y cuestionan este método, se sorprenden y preguntan en dónde queda la socialización pero eso es algo inherente a los niños, no somos malos”, asevera.

Las profesoras recomiendan que quienes opten por este método lo hagan 100% convencidos y comprometidos porque también es un cambio de ritmo de vida.

Una desventaja, también reconocida por los grupos que están dedicados al homeschool, es que no es un servicio regulado, cuentan con asesoría y visitas periódicas de personal del INEA para verificar que van acorde al programa escolar establecido por la SEP.

Mientras, la Unidad de Servicios para la Educación Básica en el Estado de Querétaro (USEBEQ) no reconoce ni certifica a los niños que tienen este tipo de educación.

A través del INEA con el modelo 10-14 se aplican exámenes de conocimientos a los alumnos para verificar su nivel de conocimiento y entregar el certificado equivalente a la educación primaria o secundaria.

Según datos oficiales, en Querétaro más de 98% de los niños en edad de cursar la educación básica están inscritos en la educación oficial, no existen estadísticas de cuántos menores están bajo el modelo del homeschooling.

Sin embargo, existen páginas en Facebook y sitios web en donde los papás y centros de homeschool comparten sus experiencias.

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