Cuando era niño, el príncipe Ali Bin al-Hussein descubrió el mundo del futbol a través de las colección de estampitas Panini, pegaba pósters en sus paredes de las grandes figuras de este deporte y no se perdía los juegos de la Copa del Mundo.

“Eso sí, no podía dejar de lado a mi equipo nacional: Jordania”.

Hoy, en entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL, el candidato a la presidencia de la FIFA está decidido a transformar la imagen del organismo ante el escándalo de corrupción que le envuelve y —convencido— afirma que “recuperaré su credibilidad para que sea digna del deporte más seguido en el mundo”.

Quiere ganar las próximas elecciones del 26 de febrero de 2016 para transparentar a la institución futbolera y proponer que en la Copa del Mundo participen 36 selecciones.

¿Por qué tomó la decisión de convertirse en candidato a la presidencia de la FIFA?

—Elegí postularme porque amo al futbol y quiero verlo florecer alrededor del mundo. El juego, los futbolistas, los patrocinadores, las organizaciones y las asociaciones merecen algo mejor que lo que el escándalo de la actualidad y la crisis que ha envuelto a la organización. Creo que soy la persona indicada para restaurar la credibilidad en la FIFA y hacer una institución digna de este deporte de alcance mundial.

¿Considera que el futuro de la FIFA y su credibilidad están en juego en la elección de febrero en el Congreso Extraordinario de Zurich, Suiza?

—El futuro de la FIFA y el futbol está en juego en la próxima elección. En verdad creo que es la última oportunidad que ésta es la última oportunidad para la FIFA como institución. Tenemos que tomar a favor de los aficionados, jugadores, entrenadores, árbitros y todos los involucrados en el juego. Ellos merecen el cambio. Como presidente, voy a poner a la FIFA de pie y hacer que toda la comunidad del futbol se sienta orgullosa de ésta.

¿Qué acciones pretende emprender como presidente para transparentar a la FIFA ante el escándalo de corrupción?

—FIFA tiene solución. Pero corrupción es cultura y no un hecho. Para cambiar la cultura debemos establecer niveles normales de gobierno corporativo y transparencia rápidamente. Necesitamos apertura para darle poder a nuevas personas que puedan tener un rol importante. propongo que se publiquen las minutas de las reuniones del Comité Ejecutivo, los salarios de la mayoría de los altos mandos y determinar los límites del presidente, además de publicar el Informe García. Esto será el inicio para que la organización retome el buen camino y reinicie con el pie derecho.

Bonita Mersiades, una de las fuentes del Informe García, asegura que la cultura de la corrupción es profunda en la FIFA, ¿Está de acuerdo?

—La crisis en FIFA no tiene precedentes en la historia del deporte moderno. La nube de sospechas que están sobre sus líderes ha proyectado una sombra sobre toda la institución. Ahora bien, la crisis en FIFA es de liderazgo, porque no podemos olvidar que hay mucha gente valiosa y tenemos que cambiar el tono para poder escucharla hasta lo alto, a través de las Confederaciones, las asociaciones nacionales y más allá del mundo del futbol.

¿Qué opina de la gestión de Joseph Blatter en la FIFA?

—Reconozco el progreso del futbol en los últimos 20 años, pero su liderazgo perdió el camino. Mi deseo y lo que quiero es construir un futuro donde la FIFA no se hable de un presidente, pero sí del mundo del futbol y lo mejor para el deporte y sus asociaciones.

¿Debe volverse a votar la polémica sede del Mundial 2022 que se le asignó a Qatar?

— Esa decisión se tomó en el Comité Ejecutivo y un presidente no puede cambiarla de un plumazo. De acuerdo con los estatutos, la única forma en que se hubiera repetido la votación es que la otras naciones que competían apelaran. Eso no ha pasado. Siempre he dicho que si las investigaciones encuentran pruebas poderosas de evidencia criminal, las cosas deben cambiar.

En su Manifiesto, propone que el Mundial sea de 36 naciones, ¿por qué pretende incrementar ese número que ahora es de 32?

—El número de países con alto nivel futbolístico ha crecido y eso se tiene que ver reflejado en el número de equipos presentes en el máximo torneo. Esto tiene que ser discutido entre las asociaciones para implementarse en el proceso rumbo a 2026 y la fórmula es incrementar los medios boletos que existen.

¿Está de acuerdo con el empleo de la tecnología en el arbitraje?

—No debemos tener miedo al cambio. La tecnología está para hacer el trabajo del árbitro más sencillo. Está para ayudarlo, no para exhibirlo. Juzgar jugadas por video puede ayudar a que las decisiones sean más certeras. Nadie debe forzar a utilizarla a naciones que no tengan dinero para invertir en ésta.

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