Después de cortar dos orejas en su presentación en Pachuca, Hidalgo, el rejoneador español Leonardo Hernández espera repetir la buena actuación, esta noche en la corrida de rejones, en Provincia Juriquilla, en el Festival del Caballo Lusitano.

“Vengo con muchísimas ilusiones y deseando que llegue la corrida y haya un espectáculo bueno. En Pachuca nos fue bien, cortamos dos orejas en la primera corrida en México, un triunfo muy importante”.

El rejoneador estará el 18 de noviembre en la Plaza México, y se dice ilusionado, con responsabilidad y con nervios de volver al coso de Insurgentes, donde hace un año cortó dos orejas.

Se imagina hoy en Juriquilla, donde se presentará por primera vez, con “gatos en la barriga”, ilusionado y responsabilizado. Dijo que no ha visto los toros, aunque sabe que vienen de una ganadería muy buena.

Para esta gira por México, Hernández dispondrá de ocho caballos, los cuales regularmente compra en Portugal, donde los ganaderos hacen selecciones de los mejores equinos para el toreo.

Explicó que para reconocer si un caballo tiene sangre torera, los sueltan con una becerra pequeña en un ruedo. Si el equino huye, se descarta para el rejoneo, pero si al contrario, la enfrenta, tiene aptitudes para presentarse en los ruedos.

El costo de los corceles es variable, lo ponen los mismos ganaderos y dependen de la calidad y características de cada animal, de acuerdo a la estirpe.

El rejoneador oriundo de Badajoz, España, nacido hace 25 años, explicó que la comunión con los caballos debe ser integral, además de ser conocedores de la profesión.

Resaltó los cuidados que deben tenerse con los corceles, pues cuando son jóvenes sufren más con los cambios de temperatura y llegan a presentar enfermedades que pueden llevarlos a la muerte.

Para los viajes son transportados en camiones adaptados, para que puedan ir lo más cómodos posibles, que tengan agua para beber, además de llevar caballerangos que procuran que no les pase nada durante el recorrido.

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