Adjudicarse la presea áurea en la Universiada y alcanzar el tercer sitio del podio mundial, con poco más de un mes de diferencia, convierte a Luis Rivera, según Jesús Mena, en una genuina esperanza de medalla para los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016.

No es que el presidente de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) quiera meter presión al saltador sonorense, pero el deseo es que se mantenga en la élite.

“Sin duda, con su triunfo de hoy [ayer]... Él llegó al Mundial como uno de los favoritos, y cumplió esa condición al subir al podio”, valora el ex clavadista. “Después de esta medalla, sin duda alguna será mayor la expectativa que esté a su alrededor por parte de la propia comunidad deportiva y en particular de los que hacen esa prueba [salto de longitud].

“Tengo confianza en que esto va a motivar mucho más a Luis para seguir por el camino que lleva. Lo que ha venido haciendo con su entrenador [Francisco Olivares], hoy está acreditado que ha funcionado. Ya está hecho lo que se debe hacer”.

El siguiente paso, desde su perspectiva, es no dejar de facilitarle las herramientas necesarias durante su camino a la justa brasileña.

“Ahora, hay que redoblar eso, y corresponderá a nosotros tratar de proveer lo más y mejor para que ellos, el día de sus competencias, puedan tener el mejor desempeño posible”, admite el medallista en Seúl 1988, quien valora el temple mostrado por un chico que llegó a Moscú como candidato a llevarse una presea.

“En esta prueba no se había tenido un resultado tan importante como el de él, pero quisiera —además de reconocer ese triunfo— señalar que llega a esta competencia con una etiqueta de posible medallista y eso, para cualquier atleta, es muy difícil de manejar”, finaliza.

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