Mañana, 15 de mayo, se conmemora el Día del Maestro. Una de las profesiones más importantes y nobles que se ejercen en el mundo. Las y los maestros son pieza fundamental en la construcción de un mejor país, pues en sus manos descansan los anhelos, aspiraciones y deseos de quienes, en el futuro, se convertirán en adultos. Es importante reconocer su labor, porque sin ellos, la educación carecería de rumbo. Porque ser maestra o maestro es sinónimo de compromiso, entrega y dedicación. Nada más difícil que formar a las nuevas generaciones, tan llenas de dudas y tan ávidas de respuestas rápidas.

Hoy las y los maestros se enfrentan a varios desafíos que hacen más compleja su labor.

Las y los jóvenes están saturados de información. Vivimos una “infodemia” en todas sus aristas, mucha de ella impulsada por intereses comerciales o propagandísticos. Hoy, las nuevas generaciones ponen demasiada fe en el ciberespacio y, en contraste, dudan de sus docentes y sus propias conclusiones. Ello va mermando poco a poco su capacidad creativa y de confianza. Pero también, el exceso de información los hace caer en incertidumbre entre lo correcto e incorrecto.

Valores como el respeto, la tolerancia, la honestidad y la responsabilidad, se han ido perdiendo con el paso de los años, y todo ello se refleja en nuestra sociedad. Tal vez, sin que nos demos cuenta, la vorágine de violencia que vivimos tiene su origen en ese vacío de valores y es ahí donde está el verdadero reto de nuestra sociedad y, donde maestros y padres de familia debemos poner el mayor esfuerzo. Pero no todo recae en los educadores, también está la responsabilidad del gobierno, especialmente en el tema de inversión.

En este punto hay mucho por hacer. De acuerdo con el porcentaje histórico, México pasó de un 19.5% del Presupuesto de Egresos de la Federación en 2015 dirigido al sector educativo, a un 16.1% en 2024, es decir, vamos en retroceso. Asimismo, solo se destina alrededor del 3.5% del PIB al desarrollo educativo, no obstante que la ONU propone como mínimo un 6% para un desarrollo educativo óptimo.

La consecuencia: los resultados de la prueba PISA 2022, donde nuestro país se posicionó en el lugar 35 de la tabla (de 37 posibles), solo por encima de Costa Rica y Colombia. Asimismo, el puntaje obtenido fue de 407, lo que está por debajo del promedio de la OCDE, con 478 puntos. Es decir, en una escala del 1 al 10, México está totalmente reprobado, con un promedio aproximado de 3.5 o menos. Aunado a ello, México retrocedió a niveles similares a los de 2003. Hubo una caída de -24 puntos en comparación con 2009 y de -14 en comparación con el 2018 y además, el puntaje de México en Matemáticas cayó -14 puntos, -9 en Ciencia y -5 en Comprensión Lectora.

Sin duda, los resultados de la prueba PISA son un foco de alerta para el gobierno nacional que debe poner manos a la obra en mejorar la inversión educativa y los procedimientos de enseñanza-aprendizaje, pues de lo contrario, lo que estaríamos dejando a la deriva no solo es el futuro de México, sino el de miles de niñas, niños y adolescentes.

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