El rostro de Christian Giménez todavía se descompone al recordar aquella fatídica y lluviosa noche del 26 de mayo de 2013, esa en la que el Cruz Azul recibió uno de los mazazos más sólidos en su historia.

Remembranza inevitable cada que La Máquina está por enfrentar al América. Han pasado 676 días, pero el corazón del ‘Chaco’ no ha dejado de exprimirse a causa del dolor que le genera una de las derrotas más inverosímiles en una serie por el título del balompié nacional.

“Son clásicos, partidos aparte. Lo que pasó en aquella final ya no lo podemos cambiar”, recuerda el argentino naturalizado mexicano. “Lo que sí, los partidos con América siempre son buenos, intensos, de ida y vuelta. En algunos nos ha tocado ganar, porque hemos hecho mejor las cosas”.

Aunque no en el más importante de los últimos años.

Los Cementeros parecían fulminar la racha de poco más de tres lustros sin una coronación liguera... Hasta que el nuevo derrumbe se materializó.

Giménez asegura que cualquier final perdida provoca pesar, aunque esa tuvo un ingrediente extra: la alta rivalidad con las Águilas.

“Claro que duele, todas las finales duelen cuando uno las pierde”, subraya, molesto. “Sé que mañana [hoy] en las portadas [de los periódicos] van a salir con que duele”.

“Así cómo duele esa, duelen bastantes cosas, pero nos levantamos, continuamos unidos y para adelante”.

Por lo que realiza una sui géneris promesa de cara al choque del sábado: jugar exactamente como lo piden esos millones de simpatizantes para los que caer con el América es sinónimo de tragedia.

“El hincha te pide jugar con el corazón y eso vamos a hacer”, adelanta. “En los clásicos no importa el pasado, sino cómo llegue cada uno ese día”.

“Se pueden decir muchas cosas, pero hay que demostrarlo en la cancha”.

Donde La Máquina acumula dos victorias en fila sobre los azulcrema y tres duelos sin caer. Precisamente, desde esa final.

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