La violencia contra las mujeres es un fenómeno que está en crecimiento y que las autoridades no han podido atender correctamente. Por más discursos, datos y programas que exponen las autoridades en los tres niveles de gobierno, las cifras son contundentes y han dejado ver que la violencia, sobre todo en el ámbito familiar, ha crecido escandalosamente.

En este sentido, uno de los puntos más importantes para combatir este fenómeno es disponer de más recursos para fortalecer las áreas de atención y cuidado a mujeres violentadas.
Sin duda, ello es difícil frente al entorno económico que vivimos en nuestro país, producto de la pandemia por Covid-19; sin embargo, la violencia de género también es otra pandemia que afecta a miles de víctimas en México.

Por ello, lo esperado en los presupuestos de egresos para   2021, especialmente en el ámbito federal, era cuando menos un aumento significativo en la atención de esta situación.

No obstante que en el presupuesto para la Federación se está considerando un aumento en 25 mil millones de pesos, lo que representa  23% más que en  2020, la cuestión es que el gobierno federal ha concentrado la mayoría de los recursos en sus manos mediante el programa “Apoyo para Refugios Especializados para Mujeres Víctimas de Violencia de Género, sus hijas e hijos”, el cual está a cargo del Instituto Nacional de Desarrollo Social, no así del Instituto Nacional de Mujeres, como debería ser.

En contrapartida, los programas locales como el de “Apoyo a las Instancias de Mujeres en las Entidades Federativas” disminuyó su presupuesto en 10 millones de pesos aproximadamente, lo que representa un duro golpe para las instancias locales de atención a mujeres.

De esta manera, sigue la tendencia del gobierno federal a concentrar los recursos, pues amplía los programas de administración directa y disminuye aquellos que involucran a las entidades federativas y municipios, no obstante que éstos son el primer punto de contacto con las ciudadanas.

Asimismo, hay una disminución importante en los recursos de la Fiscalía General de la República, destinados a fortalecer la igualdad entre mujeres y hombres, producto de la eliminación de un rubro destinado a la investigación de delitos federales de carácter especial, donde se investigaban ilícitos como: la trata de personas, la perversión de menores e, incluso, el feminicidio.

Ahora, a nivel local, estos recortes se ven reflejados en los presupuestos estatales pues, por ejemplo, en el caso del Instituto Queretano de las Mujeres, su presupuesto apenas alcanzará un aumento de 2.3% en términos reales.

Así será complicado disminuir y abatir esta situación, pues mientras las autoridades encargadas del presupuesto y la distribución de recursos no entiendan que la violencia de género se trata de un problema multifactorial que debe ser atendido en coordinación y desde varias directrices, difícilmente podremos dar solución a las miles de situaciones que tanto aquejan a nuestras mujeres.

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