Me parecieron por demás atinados ambos términos aplicados a un año que comienza y su perspectiva en el crecimiento de la franquicia. Se tendrá que pensar de manera controlada y prudente en el 2024, se nos recomienda desde España, en un informe sobre la visión en el devenir de las empresas que crecen bajo este modelo de negocio.

Sin embargo, en México se insiste en un avance de hasta dos dígitos para la industria nacional al colocarse el pronostico de la Asociación Mexicana de Franquicias en un 14% al cierre del presente año. Se sabe de desafíos económicos, sociales y políticos en un ambiente electoral que contagiará la mitad del paso anual y por eso, opino que no debería desbordarse la expectativa.

El optimismo y esta facultad esperanzadora de cada inicio de año inyecta una sensación de mejora, pero a partir de la pandemia la lección no debe olvidarse, aquella en que “no siempre los resultados han sido todo lo bueno que se podía esperar”.

Seguro se piensa en la apertura de nuevas sucursales como la muestra mayor de un mejor 2024 y con ello, la creación de nuevas fuentes de empleo, y que bueno, pero insisto, no olvidemos que ocurrió una afectación significativa a la franquicia en México, como sucedió en diversas latitudes del planeta y ello, obligará a la toma de diversas acciones para la robustez de este sector productivo.

Pensemos en la primera, la modernización de esquemas operativos, de procesos y procedimientos como ya la ofertan asesores especializados y con ello, la mejora garantizada en la atención al usuario final de la franquicia; pensemos en inversiones en capacitación de cuadros, uso de nuevas tecnologías para responder a las necesidades muy reales y prioritarias de los consumidores, ahí estará el meollo.

Es mejor los “pies en la tierra” de cómo se verá el entorno. El futuro de las franquicias que ya alcanzó, exige una combinación de innovación, adaptabilidad y resiliencia y así se percibe desde la propia cuna de este esquema de negocio, los Estados Unidos. Vemos que las franquicias experimentan transformaciones significativas impulsadas por los avances tecnológicos, las preferencias cambiantes de los consumidores y una economía global dinámica; no podrán ponerse en la mesa del inversionista y consumidor mexicano, franquicias endebles.

No es fácil la ecuación: invertir en soluciones tecnológicas, reducir costos y optimizar las operaciones diarias para sobrevivir y enfrentar una dura competencia que ya está encima. La integración de la automatización, lo digital y hasta la robótica está cambiando la forma en que operan las franquicias en Europa y nuestro vecino del norte.

Ahora, ¿dónde estarán los retos y desafíos del 2024? Bueno, el atender con enfoque saludable, que promuevan el bienestar e integren elementos sustentables sus marcas. El enfoque único hacia el consumidor terminó, se trata hoy de experiencias personalizadas. También de negocios flexibles frente a dinámicas laborales cambiantes. Tecnología financiera y ciberseguridad. Y que decir de proponer modelos más ágiles, pequeños, compactos y emergentes. Prepararse para nuevas crisis con planes de adaptación ante lo imprevisto, y dejar de centrarse y distraerse en incentivos gubernamentales pues la lucha debe ser en lo que funciona, lo que es rentable y es un buen negocio, que así sea para la franquicia mexicana en este año.

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