El 7 de abril se realizó el primer debate entre Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez. Un debate desangelado por su desafortunado formato, fallas en la producción y la ausencia de propuestas concretas para atender los graves problemas que enfrenta México. Obedecer al libreto fue más importante que responder las preguntas. Fue una transmisión de tres horas de "más de lo mismo".

En la primera parte, la afectación que las fallas y carencias en los servicios de salud tienen en las mujeres no se tocó. Las candidatas y el candidato omitieron reconocer que mejorar la salud de las mexicanas mejora sus vidas y las de sus familias. Nadie habló de la prevención del embarazo en niñas y adolescentes ni de la atención especializada de las mujeres adultas mayores. No entienden el efecto negativo en las mujeres que tienen la indiferencia política, la insuficiente inversión en investigación y la falta de especialistas.

En educación, ni el candidato ni las candidatas hablaron del gran rezago educativo de las niñas que viven en las zonas más marginadas del país, donde una de cada 15 que ingresan a la primaria no se gradúa, lo que no solo impide su desarrollo personal, sino que la sentencia a la pobreza. Nadie dijo que 6 de cada 100 mujeres mayores de 15 años no saben leer ni escribir ni que la falta de acceso de las mujeres y niñas a la educación está estrechamente vinculada a los roles, prejuicios y estereotipos de género que las limitan a ser esposas, madres y cuidadoras.

El segmento sobre corrupción e impunidad, se destino principalmente a la denostación. "Digitalicemos todo para que nadie pueda meter mano en la bolsa". Una enorme pérdida de tiempo.

En el tiempo restante, el INE atiborró la no discriminación, los "grupos vulnerables" y el combate a las violencias contra las mujeres. Como ya es costumbre, encajonó a las mujeres en un breve segmento de las preguntas, lo que demuestra que siguen sin comprender que las mujeres no somos un "sector" de la población, somos la mitad.

El y las candidatas coincidieron en el sistema nacional de cuidados y empoderar a las mujeres. Por su lado, Xóchitl planteó obligar a los maridos desobligados a pagar la pensión alimenticia, regresar las estancias infantiles, dar más tarjetas con más dinero y "tirar al patriarcado".

Claudia aseguró que en su gobierno los feminicidios bajaron, se negó a responder sobre el aborto y pidió hablar de "otros grupos vulnerables", como los animales.

Por su parte Máynez prometió cambiar la estrategia de seguridad nacional, escuelas de tiempo completo y poner a los niños y niñas primero.

El reloj siguió fallando; los insultos continuaron y las candidatas y el candidato desaprovecharon la oportunidad para hablarle a los ojos a las mujeres de México y demostrarles que han escuchado con atención sus reclamos.

Al final del debate, la bandera de México no fue la única que acabó de cabeza.

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