El pigmento Amarillo Indio o amarillo de India fue probablemente introducido a India desde Persia durante el siglo XV, y se le conocía por muchos nombres diferentes, entre los que figuran “Purree”, “peori” o “piuri” y “monghyr puri”. En el libro Artists Pigments Vol. 1 de la National Gallery of Art, los autores nos dicen que aunque se sabe que cantidades considerables de amarillo indio han llegado a Europa, la literatura que documenta su uso en oriente u occidente es sorprendentemente escasa.

El pigmento amarillo indio era más popular en la India. El investigador Moti Chandra es de la opinión de que el pigmento no se empleó en las miniaturas del período de la hoja de palma (siglos XIII al XIV); ningún texto sánscrito hace referencia a él. Sugiere que el colorante se introdujo en la India en el siglo XV, probablemente desde Persia. Chandra afirma que el peori podía obtenerse de Jaipur, donde se conocía como gogili, una forma indianizada del persa que significa “tierra de vaca”.

A principios del siglo XV, el peori se utilizó en miniaturas sobre papel. Según las notas encontradas en los dibujos, Khandalavala indica un uso generalizado de “peoli o gaugoli” en los dibujos de Pahari durante el período comprendido entre los siglos XVI y XIX. Se importaba de la India y de China en forma de bolitas de una sustancia prensada de color amarronado y de olor muy penetrante a la que se denominaba puré, que luego había que diluir para obtener el pigmento. Pero nadie sabía ni cómo se fabricaba, ni dónde exactamente, ni de qué estaba hecha la sustancia. Una vez abiertas, las bolas contenían un polvo precioso de color amarillo dorado. Al moler las bolas y mezclarlas con un aglutinante como el huevo, el aceite o la goma, se conseguía la tan característica pintura amarilla dorada y transparente. El origen del pigmento estaba en Persia, China o India, pero sobre la procedencia exacta existían muchas historias.

No hay menciones documentadas de forma oficial que describan el origen de este pigmento; sin embargo, sir Joseph Hooker, un explorador y botanista escribió un par de cartas a la Real Sociedad de Bellas Artes, la Royal Society of Arts donde explicaba todo el proceso y uso de dicho pigmento.

La historia cuenta que el ganado de vacas responsable del pigmento amarillo indio sólo era alimentado con agua y hojas de mango, ingredientes que supuestamente hacían que su orina (y por lo tanto el pigmento) fuera especialmente luminiscente. La orina de vaca se recolectaría y se secaría, creando un pigmento crudo que luego podría mezclarse con aceite, agua o cualquier otro aglutinante. El método empleado para teñir consistía simplemente en disolver el pigmento en agua caliente y sumergir la tela en la solución. Sin embargo, el mal olor impartido a la tela pronto anuló esta práctica. También se decía que el amarillo indio se usaba para colorear puertas y barandillas.

El gran problema es que el proceso de obtención de este pigmento dejaba desnutridas a las vacas y finalmente fue ilegalizado. Se ha informado que la prohibición de su fabricación llegó en 1908. Las actas que proveyeron de motivos suficientes para la prohibición de la fabricación del pigmento amarillo indio son, de acuerdo con los investigadores, aquellas dirigidas a la prevención de la crueldad con los animales (Leyes de Bengala, 1866/1869; Leyes del Gobierno de la India, 1890).

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