El día de ayer, en la conferencia matutina del presidente López Obrador, la periodista Vanessa Hauc cuestionó la grave omisión del gobierno federal para garantizar el derecho de acceso al agua del que gozamos todos los mexicanos. Como ya es tradición en aquel show que es “La mañanera”, el presidente optó por negar la información y señalar que “tenía otros datos”, en lugar de reconocer que efectivamente nuestro país se está quedando sin agua y su gobierno no ha hecho nada para resolver la crisis.

Los datos que señaló la periodista revelan claramente cuál es el estado del abastecimiento de agua potable. De acuerdo con el Inegi, sólo el 52.3% de la población que vive en las ciudades del país tiene sumistro constante de agua potable, mientras que cerca de 21 millones de mexicanos que viven en regiones particularmente vulnerables, no tienen garantizado el acceso al vital líquido.

La geografía de nuestro país es un factor fundamental para entender el problema. A pesar de contar con más de 11 mil kilómetros de costas, son pocas las regiones del país que tienen acceso directo a grandes fuentes de agua dulce, como ríos o lagos. El centro y el norte del país son regiones que, por sus características áridas, tienen poco acceso natural a fuentes de agua potable.

Sin embargo, en otras partes del país no debería haber problemas de acceso al agua. En promedio, con la disponibilidad de agua actual, a cada mexicano nos corresponden 549 metros cúbicos de agua al año, con lo cual se pueden satisfacer adecuadamente los requerimientos mínimos establecidos por la Organización Mundial de la Salud, que van de 50 a 100 metros cúbicos de agua consumida al año por persona.

Considerando lo anterior y lo establecido en la Constitución, es al gobierno federal a quien le corresponde establecer una estrategia nacional para garantizar que pueda existir infraestructura para garantizar el acceso al agua, independientemente de las condiciones geográficas de cada región. Sin una política integral, los esfuerzos de los estados y los municipios sólo remediarán temporalmente la grave crisis hídrica que se está gestando en nuestro país.

El derecho de acceso al agua es fundamental para la vida de todos los mexicanos. Ningún gobierno puede hacer a un lado esta necesidad urgente y, a pesar de ello, el presidente prefiere hacer como si no estuviera pasando nada, como si la negación fuera suficiente para que desaparezca el problema. Tal parece que la sequía que hoy está dejando sin agua al país, a ellos ya los dejó sin ideas.

México no puede esperar más, mientras los recursos públicos se desperdician en proyectos faraónicos y sin sentido de futuro. El gobierno en todos sus niveles debe trabajar para garantizar las necesidades básicas de la población. Garantizar el acceso al agua potable es una de esas primerísimas necesidades que se irá reafirmando durante los próximos años, pero esto no sucederá si siguen al frente del gobierno quienes sólo han demostrado incompetencia y desinterés para resolver los problemas que de verdad le urgen a la gente.

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