Los blanquiazules se caracterizan por diferentes aspectos. Tal como si se tratara de una lista con requisitos que cumplir para poder militar en esa institución política, los malaventurados que deciden participar en el principal partido de oposición al compañero presidente Andrés Manuel López Obrador se distinguen por su irremediable clasismo, su pronunciada intolerancia a todo aquello con lo que no concuerdan ideológicamente o peor aún a lo que ignoran y en particular poseen una enorme soberbia cuando ostentan el poder en cualquiera de los niveles de gobierno.

Por ello es que en la presente administración del Poder Ejecutivo Estatal, las y los queretanos hemos sido testigos de diferentes momentos en donde desde la Casa de la Corregidora han emanado diferentes medidas de un corte altamente fascista en toda la extensión de la palabra.

Uno de los episodios que mayor nivel de tensión generó en la vida política queretana en los últimos tiempos, se remonta al año 2016 donde el gobierno del estado, a través de diferentes personajes, buscó a como diera lugar intervenir en la vida interna de nuestra Máxima Casa de Estudios, teniendo como finalidad introducir sus “tentáculos” al interior de la UAQ para desmantelar el sentido crítico que caracteriza a la comunidad universitaria.

Este episodio puso a prueba la destreza y capacidad del Dr. Herrera que con una estrategia característica de un experto ajedrecista, defendió a capa y espada la autonomía de nuestra Alma Mater. Toda esta odisea fue bien sorteada por el actual senador por Morena que demostró que con trabajo y firmeza ideológica se le puede vencer a cualquiera.

Ante la candidatura del Dr. Herrera, los panistas sienten un miedo muy particular al cual se han desacostumbrado, ya que a pesar de que buscan minimizar a Morena a través de encuestas ficticias, tienen plena conciencia de que se les avecina un escenario complicado. Por otro lado es claro que el panorama para el partido movimiento no pinta sencillo, pero me encuentro convencido que con el transcurrir de los meses veremos cómo Morena y Gilberto Herrera irán ganando batalla tras batalla, desde la dignidad, desde lo colectivo, desde el trabajo constante y honesto y en especial de la mano de una sociedad que exige a lo largo y ancho del estado, que los sin voz empiecen a tenerla, que la justicia social llegue a todos los rincones del estado y que por fin vivamos una transformación real de la vida pública de Querétaro.

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