La investigación que Alix Yolitzin comenzó en 2021, sobre el cuerpo de las mujeres, las violencias y discriminación que las persiguen, continúa en este 2023, presentando la totalidad de Soy prieta. Cuerpo-territorio, memoria en la Fundación Carol Rolland, en donde permanecerá hasta el 25 de mayo; además es una de las exposiciones que se integra a la Noche de Museos en Querétaro, el 18 de mayo, Día Internacional de los Museos.

La muestra está conformada por 65 piezas de bordado, fotografía, pintura, dibujo, arte-objeto, grabado y collage, piezas que son una búsqueda por la resignificación de la palabra, una reapropiación del insulto, reclamar el derecho de autonombrarse, existir, construirse y observarse con dignidad. “Soy prieta es, de muchas maneras, una reconciliación con mi prietud”, dice la artista.

La primera parte del proyecto se presentó en enero pasado, en la Galería Impulso y ahora se exhibe de forma completa, para dar continuidad a la reflexión de la violencia de género, desde el racismo y la discriminación.

Una exposición para reconciliarse con la prietud
Una exposición para reconciliarse con la prietud

A partir de esta primicia, “se invita a reflexionar sobre el cuerpo de las mujeres, entendido no sólo como un espacio físico y biológico, sino como un territorio que se configura de acuerdo con la memoria y al contexto político y social de México y el resto de Latinoamérica”, detalla.

Las imágenes y textos que se presentan en la muestra son resultado de testimonios y fotografías realizadas a un grupo de mujeres quienes compartieron su historia con Alix.

Y el  protagonista de la muestra es el cuerpo femenino interpretado como un territorio, “en el que, al igual que en el territorio colonizado, se encarnan realidades como el racismo, la discriminación, la violencia y el despojo”.

El área de estudio del proyecto se ubica en el Valle del Mezquital, región hñähñu ubicada en el estado de Hidalgo, y en la zona central de Querétaro; los resultados de dicha investigación son un reflejo de lo que pasa en muchas otras regiones de México y Latinoamérica.

El lenguaje plástico de las piezas plantea signos importantes,  como la representación del relieve natural (las montañas, la vegetación endémica, y la tierra), y el cuerpo (la piel, los gestos y las facciones identitarias).

Una reapropiación del insulto

El título de la exhibición comienza con la afirmación: “Soy prieta”; en México se refiere a una persona de piel morena, pero es un término acarrea insulto. Los orígenes de esta problemática son el indigenismo, la colonización, el mestizaje.

El racismo en México, explica Alix, existe como una forma de negar la diferencia física, cultural, ideológica y geográfica, es una manera de oprimir, de avergonzar y avergonzarse de una forma de verse, de hablar, de vivir, de ser.

“La afirmación desde una posición personal como es decir ‘Soy prieta’ plantea una búsqueda por la resignificación de la palabra, una reapropiación del insulto, reclamar el derecho de autonombrarse, existir, construirse y observarse con dignidad. Soy prieta es, de muchas maneras, una reconciliación con mi prietud y todo lo que comprende: mi cuerpo, mi piel, mis rasgos, mi nombre, mis ancestras, mi lengua, mi cultura, el lugar en que nací. Es una reconciliación con la herencia y la memoria, es resistir, a(r)marme, (re)construirme, (re)conocerme,permanecer y pertene SER”, expresa la artista.

La muestra permanecerá hasta el 25 de mayo en Fundación Carol Rolland se ubica en la calle Ocampo nte. #13, Centro histórico de Querétaro.

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