Marcas, como las que deja en la pared la humedad y la piel en otra piel, eternas y sagradas. “Marcas” es el nombre de la exposición que Caín Torres inauguró en febrero en el Museo de la Ciudad de Querétaro, recinto en donde aún permanece la serie de esculturas.

El espacio cultural cerró y suspendió sus eventos por la cuarentena impuesta por el Covid-19, desde entonces sus actividades son a través de Internet. Y mañana, a las 18:00 horas, se hará un recorrido virtual por la exposición “Marcas”, con los comentarios de Guadalupe Barrera, a través de la página de Facebook del Museo de la Ciudad de Querétaro.

Caín Torres se inició rotulando, junto a su padre, y desde ahí comenzó a notar una necesidad por crear. También soñaba con ser un actor de teatro y el destino lo llevó a especializarse en la escenografía. Formó parte del equipo del Patronato de las Fiestas de Querétaro, en donde elaboraban los carros del famoso desfile decembrino de Querétaro: La Cabalgata. Ahí convivió con artistas como Gerardo Esquivel y Julio Castillo, y por varios años fue el encargado del Nacimiento Monumental del Jardín Zenea.

Al crearse el Museo de la Ciudad se unió al equipo de trabajo, y hoy, Caín es el encargado del taller del este espacio cultural, y cada montaje que se presenta está bajposu cuidado, pero él no se dice museógrafo sino “un simple cuelga cuadros”.

De los restos de madera que van quedando en el taller del mismo museo, él hace esculturas. Dice que no sabe dibujar, pero en la madera ha logrado aquello que imagina en el papel.

“En varias ocasiones he dicho que a la mejor hago escultura porque no sé dibujar, pero también hago un poquito de escultura para obtener la satisfacción de ver en forma lo que no puedo dibujar, se puede oír medio absurdo, pero como dibujando nunca pude lograr profundidad o planos, la escultura me lo dio de inmediato”, platicó en entrevista previa a EL UNIVERSAL Querétaro.

Caín tiene la destreza de hacer magia con la madera, talla y ensambla trozos que para otros son desperdicio y basura, pero que en sus manos son oro molido.

“Para los tiempos en que vivimos todo eso se oye medio cursi e ilegible para los más jóvenes, pero la verdad es que cuando te encierras en tu taller sí hay un diálogo con lo que vas a hacer. La madera es mi lenguaje y en ella impregno la manera en que hablo, que vivo, y siempre estoy trabajando con madera, porque es mi lenguaje primario, primitivo”.

La obra de Caín Torres se ha expuesto en el Museo de la Ciudad, Galería Libertad y Museo de Arte de Querétaro.

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