Se llevó a cabo en Querétaro la segunda edición de Maldito Buen Gusto, donde diferentes industrias creativas se reunieron para promover sus productos e intercambiar experiencias, sumándose así a la red de las diversas ciudades en el mundo que, desde hace 14 años, pretenden impulsar la creatividad como un factor estratégico para el desarrollo urbano sostenible.

“El evento nace precisamente para promocionar las industrias creativas. Sabemos que estas son muy importantes para la economía del país, y creemos que pueden ser mucho más fuertes si se les apoya. De ahí surge la idea de generar un espacio para los creadores, donde puedan mostrar sus productos o hacer música, teatro, poesía, etcétera; todas las industrias están incluidas en este proyecto. Nuestro sueño es que Querétaro se integre pronto a la Red de Ciudades Creativas de la UNESCO”, compartió Mónica Montañés.

Ciudad creativa, con ¡Maldito buen gusto!
Ciudad creativa, con ¡Maldito buen gusto!

Mónica es miembro del centro de diseño La Jabonera y organizadora del evento, que surgió en colaboración con la Antigua Estación del Ferrocarril y el espacio de coworking Krow, para posicionar a El Tepetate como la zona creativa del Centro de Querétaro.

Al igual que la primera edición, el evento fue realizado en este barrio tradicional, donde se exhibieron diferentes proyectos creativos, se organizaron talleres gratuitos de ilustración, stand up, circo social y de grabado; así como un coloquio sobre economía creativa e industrias culturales; presentaciones artísticas y una muestra gastronómica.

“Nosotros no venimos a invadir. Nos mudamos acá porque este barrio es maravilloso y queríamos que la creatividad saliera de nuestras puertas. (…) En 2015 y 2016 organizamos ‘El tendedero de la jabo’, una especie de bazar con diferentes artistas que acercaron sus productos al barrio. (…) Estas experiencias se fundamentan bajo la creencia de que la creatividad puede transformar el entorno, y en ese sentido, deseamos transformar nuestro barrio”, afirmó Montañés, quien junto con los demás integrantes de La Jabonera, se reunió con los vecinos y el Instituto Municipal de Planeación, para proponer soluciones a las problemáticas que afectan a los habitantes de El Tepetate.

Ciudad creativa, con ¡Maldito buen gusto!
Ciudad creativa, con ¡Maldito buen gusto!

Durante esta celebración de Maldito buen gusto, la Escuela Activa de Fotografía expuso sobre las fachadas de algunas casonas, diferentes retratos —en gran formato— donde aparecen las personas que viven y trabajan en El Tepe, como la gente le dice a este lugar. Además, 20 ilustradores como Santiago Boldó, Luis Sánchez, Miguel Valiñas y Paulo Villagrán intervinieron el inmobiliario urbano, a través de murales en las paredes y fundas artísticas que recubrieron los bolardos de la calle.

“El arte urbano nos da la posibilidad de generar un esquema participativo en el espacio público (…), es una de las herramientas con las que podemos intervenir zonas marginadas y cambiar imágenes urbanas. De esta manera, también promovemos otra forma de consumo de arte para la población que transita por estos espacios”, apuntó el artista Santiago Diez.

“¡Bienvenidos a mi barrio!”, decía Rubén Guerrero con una sonrisa desdentada a dos turistas que se aproximaban hasta el umbral de su domicilio para comprarle dulces y cigarros que puso a la venta bajo el nombre de “El súper oxxito”.

El hombre nació en esa misma casa, ubicada sobre Héroes de Nacozari, y a unos cuantos pasos de la Antigua Estación. Durante la breve charla que sostuvo con los visitantes, el sexagenario describió cómo era antes su barrio: sin delincuencia ni drogadicción en las calles.

Ciudad creativa, con ¡Maldito buen gusto!
Ciudad creativa, con ¡Maldito buen gusto!

“Me da mucha tristeza que los muchachos no utilicen su juventud para ser más positivos”, lamentó Rubén, quien al igual que otros de sus vecinos, fue retratado para la exposición La gente de mi barrio, impulsada por La Madriguera Gráfica y el poeta Mauricio Mallet.

Arte y diseño mexicano

En las instalaciones de Krow y de la antigua fábrica de jabones Lourdes —hoy centro de diseño La Jabonera—, cerca de 80 expositores de Morelos, Ciudad de México, Guanajuato y Querétaro mostraron a los asistentes una gran grama de productos de diseño industrial, moda, joyería, plástica e ilustración, así como artesanía.

Entre las propuestas destacó Ink Burners, un colectivo queretano de calígrafos, que desde enero se ha dedicado a promover el arte de las letras a través de murales y rótulos. Ante los ojos de los curiosos, los artistas maniobraron sus herramientas sobre tazas, libretas y postales, y explicaron la relevancia cultural de la caligrafía para todas las sociedades.

Ciudad creativa, con ¡Maldito buen gusto!
Ciudad creativa, con ¡Maldito buen gusto!

“Cuando te adentras a la caligrafía empiezas a entender el uso de esta herramienta que da más sentido al diseño gráfico (...) En nuestro código genético se han impreso las letras: la cultura, la música, la economía; todo está conectado gracias a ellas y por eso buscamos difundir esta técnica, para que la gente sepa qué hay detrás de la caligrafía moderna, itálica, copperplate, entre otras”, señaló Diego Lara, integrante de Ink Burners.

Creatividad y ciencia por el bien común

Proyectos como Mono y Treeshoes demostraron que la creatividad no está peleada con la conciencia ecológica, concepto que desde hace cuatro años ha sido impulsado por estudiantes del Tecnológico de Monterrey, quienes se dedican a elaborar calzado biodegradable y a orientar a sus compradores sobre la reforestación.

“Treeshoes es una opción sustentable para jóvenes que quieren cuidar el ambiente. A comparación del calzado convencional, en el que la suela dura cerca de 50 años, nuestros zapatos han sido confeccionados por artesanos mexicanos, quienes utilizan materiales biodegradables y suelas que sólo llegan a durar hasta cinco años”, aseguró Laura Torres, promotora de la marca, y quien durante la edición, orientó y obsequió a los compradores todo lo necesario para plantar un árbol en su localidad.

Por otro lado, Mono es una marca de tabaco natural que fue lanzada hace ocho años por Nefer Becerril y Bárbara Delgadillo, quienes a partir del estudio de la botánica mexicana, han creado mezclas de flores y plantas para fumar.

“Surgió con la idea de brindar opciones más saludables a la gente. Yo fui fumadora del cigarrillo convencional durante 16 años, pero a partir de mis estudios doctorales en etnobiología, me sumergí en el mundo de las plantas y conocí los grandes beneficios del tabaco natural para la salud de los humanos. Además, hemos hecho un estudio histórico y botánico de las plantas, a través del cual constatamos que antes de que llegara el tabaco a Europa, ya había conocimiento y registro botánico para fumar plantas. A raíz de eso sacamos nuestras mezclas, cuyo diseño está dirigido a la salud de nuestros consumidores. Por ejemplo, la mezcla Floral, expectora los pulmones y la mezcla de salvia es relajante y calma los cólicos menstruales. También tenemos cajetillas de cigarros hechos con papel orgánico y filtro de celulosa”, detalló Becerril, quien junto a su socia, promueve otros productos como repelente para mosquitos y ungüentos a base de la planta nicotiana tabacum, traída de Los Tuxtlas, Veracruz.

bft

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