“Estamos hechos de historias, desde que nacemos nos ponen un nombre y así comienza nuestra propia historia, con la que empezamos a pertenecer a un círculo social, por eso es tan importante la literatura para los niños, porque a través de las historias ellos se vuelven empáticos a situaciones que viven otras personas”, dice Beatriz Soto, psicóloga y creadora de la Biblioteca Infantil de la Universidad Autónoma de Querétaro (BIUAQ), espacio que este sábado celebra nueve años de acercar a los niños a la magia de los libros.

El festejo es en la sede del Centro Universitario y comenzará desde las 10 de la mañana con varios talleres, tendrán como invitados a los ilustradores Jairo Buitrago, Adriana Benítez, David Lara, Laura Mancilla y la cuentacuentos Nadia Altamirano. A las 13:30 horas estará Angélica Azkar y para cerrar la celebración se presentará el grupo Nesh-kala con su espectáculo “Cuando mi abuelo era un niño”.

El 30 de mayo de 2010, en un pequeño salón de la Librería Universitaria —que se ubicaba en aquel entonces en la calle de Hidalgo—, nació la Biblioteca Infantil universitaria, organizando actividades para niños de tres a 12 años. Nueve años después, tienen cuatro bibliotecas infantiles, ubicadas en el Centro Universitario, Casa de Cultura de la UAQ (Independencia 29), Cadereyta y San Juan del Río; además, como una extensión de la misma biblioteca, se creó ‘Acariciando con palabras’, proyecto que los lleva a leer al área de pediatría del IMSS; a la Unidad Médica de Atención Ambulatoria en donde visitan pacientes adultos que están en tratamiento oncológico; y al Hospital del Niño y la Mujer.

Biblioteca Infantil de la UAQ cumple 9 años
Biblioteca Infantil de la UAQ cumple 9 años

Son más de 100 voluntarios universitarios los que participan en BIUAQ; y el público que los visita son de diversos puntos, tanto personas cercanas a la UAQ, como ex alumnos que regresan, ahora acompañados de sus hijos; los usuarios son papás, mamás, abuelitos y hasta los hermanos mayores; además hay personas de varias comunidades, que viajarán hasta una hora y media para llegar a Querétaro y participar en las actividades que ofrece la biblioteca.

Con 18 años de trabajo en favor de la literatura infantil, nueve de ellos dedicados a la biblioteca, ¿qué es lo que desea para su proyecto de BIUAQ?, se le cuestiona a Beatriz. Ella respira hondo, y con una sonrisa responde que espera que en cada municipio de Querétaro exista una biblioteca dedicada a los niños y jóvenes.

“Algo que se debería hacer, es tener una biblioteca infantil en cada uno de los municipios, y en cada uno de los campus, porque siento que eso da la posibilidad de que los papás, con sus niños, entren a la universidad, y de pronto podamos tener a niños diciendo: ¡cuando yo sea grande voy a ir esa escuela! Por ellos queremos seguir trabajando y que haya bibliotecas infantiles en cada uno de los municipios, porque hay municipios en donde ni siquiera cuentan con una biblioteca pública”, platica en entrevista a EL UNIVERSAL Querétaro.

Una historia muy personal

La idea de la Biblioteca Infantil universitaria también tiene su propia historia, y es unaa que comenzó a escribir Beatriz cuando se convirtió en mamá, porque fue en esa etapa en la que descubrió una serie de talleres dedicados a los niños y se maravilló de lo que podía provocar el contenido de un libro en la relación de padres e hijos.

“Yo soy psicóloga educativa y cuando nació mi hijo Santiago, me di cuenta que pasaban cosas maravillosas en mi relación con él si teníamos en medio un libro, y dije, ‘¿por qué no compartirlo con otras mamás?’, así surge el proyecto, con un interés como mamá que me da la oportunidad de desarrollarme con mi hijo y además disfrutamos del increíble mundo de la literatura; también me di cuenta de la importancia que tienen las palabras en la construcción de uno mismo, el acompañamiento de las palabras y la responsabilidad de acercarle a los niños historias interesantes, textos, ilustraciones y contenido de calidad”.

Los talleres que tomaba Beatriz eran en la Ciudad de México, todos los sábados viajaba para tomar su clase y, con lo aprendido, la misma instructora del taller, Eva Janovitz, la convenció para iniciar en Querétaro esta misma actividad.

Comenzó en una comunidad de Corregidora leyéndoles a las mamás y sus bebés. Al principio eran sólo las mujeres las que asistían, ahora ya están involucrados también los papás.

“Al visitar las comunidades descubrí que más que necesidades había falta de oportunidades, los papás y las mamás están dispuestas a hacer ese tipo de cosas con sus hijos pero no saben cómo, cuando de pronto se dan cuenta que pueden tener actividades con ellos, algo diferente a jugar en la calle, les maravilla”, platica.

Convencida de que en los libros hay una historia para cada quien, Beatriz invita al público a visitar la BIUAQ, tomar un libro de su gran acervo y dejarse llevar por la magia de la literatura.

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