Hombre carismático y sabio, así recuerda  Roberto Servín Muñoz, actor fundador de los Cómicos de la Legua y actual cronista del municipio de Querétaro, al poeta y diplomático Hugo Gutiérrez Vega (11 de febrero 1934 –25 de septiembre 2015).

“Era muy sencillo, nunca fue un hombre orgulloso ni presumido, ni siquiera protagónico, sino lo protagónico se lo daba su sabiduría  y su manera tan tierna de ser en la vida, un humanista destacadísimo, querido y amado por todos los intelectuales de México y respetados por todos y todos se ufanaban de tener amistad con Hugo”. ¿Todos querían ser amigo de Hugo?  “Sí, es que tenía un gran carisma”, platica  Servín Muñoz a EL UNIVERSAL Querétaro.

Hugo Gutiérrez Vega llegó a Querétaro para terminar su carrera de Derecho. Aquí fundó una Academia de Oratoria, un Taller de Poesía y la compañía de teatro Cómicos de la Legua, que el pasado 5 de septiembre celebró su aniversario número 56.  Y entre los actores fundadores de esta compañía destacó la presencia de  Servín Muñoz

“Él estudió en Querétaro y fue cuando yo lo conocí y fue cuando empezamos a caminar muchos años. Nada más anduvimos cinco años recorriendo la legua, durmiendo bajo el mismo techo, comiendo casi en el mismo plato, leyendo los mismos poemas, en una continua charla y en un continuo aprendizaje con él, porque siempre fue un hombre muy sabio”.

Sólo cinco años les bastó para ser grandes amigos, amigos que compartían la pasión  por el teatro.  “Todos los que empezamos  con los Cómicos, que recorrimos grandes caminos, nos tratábamos con mucho cariño, nos hablábamos en diminutivo: él era Huguito, yo era Betito, Juan mi hermano era Juanito,  Francisco Rabell era Paco y Aurelio Olvera era Yeyo, todos nos hablábamos en diminutivo y todos éramos como los  mosqueteros, todos para uno  y uno para todos”.

Hugo Gutiérrez Vega dejó un legado literario de poesía y ensayo, algunas de sus publicaciones  son: Información y sociedad (1974); El erotismo y la muerte (1987); Los soles griegos (1989), Nuevas peregrinaciones (1994), Los pasos revividos (1997), Lecturas, navegaciones y naufragios (1999), Algunos ensayos (2000), Esbozos y miradas del bazar de asombros (2006) y Antología con dudas (2007).

La  obra poética de Gutiérrez Vega, explica el cronista del municipio, debe ser meditada, “la poesía de él es para eso, es de una sencillez y una elegancia al mismo tiempo,  con una profundidad de pensamiento, porque él era muy profundo en su pensamiento, con humildad como era él, era un hombre muy humilde”.

A pocos  días de la muerte del poeta, periodista y diplomático,  Roberto Servín Muñoz, dice  que de Gutiérrez Vega sólo hay cosas buenas por hablar: “hay que seguir  enalteciendo a los hombres que valen la pena, es una desgracia que Querétaro no haya aprovechado a Hugo, que amaba a Querétaro”.

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