Un grupo de personas, convocadas por la organización Miracle, se reunieron el pasado 22 de febrero para tomar una fotografía en San Miguel de Allende como una forma de alzar la voz en contra de la represión hacia la libertad de expresión, en especial por los hechos ocurridos en Venezuela, acción que se suma a las 110 ciudades que formarían cadenas humanas que dijeran SOS, para subirlas a las redes sociales en Internet.

La feliz coincidencia fue que Spencer Tunick estaba en la ciudad para recibir el reconocimiento “Corazones” que otorga el municipio y fue él quien tomó la fotografía en su tan peculiar estilo.

Carolina Rivera, project manager de Miracle.org, informó que: “nos dedicamos a problemas de la sociedad. Le llamamos milagros a lo que antes parecía que no tenía solución, pero que ahora sabemos que podemos resolverlo. Nosotros dejamos abierta nuestra página para dar voz al que quiera, al que lo necesite. Tenemos proyectos en que involucramos a la gente para hacer que sucedan cosas que nos benefician, porque a todos nos atañe. Se trata de una protesta de manera pacífica o más bien de una acción que refleja que el mundo está despierto.”

El proceso creativo de Tunick

Alrededor de 15 hombres y mujeres, activistas principalmente, de diferentes partes del orbe; procedentes de México, Canadá, España, Estados Unidos Francia y Costa Rica recibieron las instrucciones de principio a fin del fotógrafo. De esta manera, todo el proceso duró dos horas aproximadamente; éste inició por el maquillaje de los participantes que pintaron sus rostros con los colores rojo, azul y amarillo, propios de la bandera venezolana. Después siguió la elección del espacio, en medio de la naturaleza del lugar.

Mientras tanto, Tunick permanecía serio ante curiosos que querían ser testigos del “milagro”.

Con todo listo, Spencer sorprendió a los fotografiados cuando tomó su pequeña cámara para dar click desde una escalera de madera. Pidió al grupo una ubicación específica y algunos movimientos.

Cada disparo iba acompañado de un “beautiful”. En aquel momento, la única perturbación era la repentina irrupción de tres perros que buscaban a su dueña, quien estaba entre los fotografiados. Al fin, ¡listo! Tunick quedó conforme, bajó de la escalera y sonrió. Entonces, recomendó a los aún desnudos que se reunieran; ellos formaron un círculo e hicieron una oración para pedir por la armonía en Venezuela.

De regreso en la casa anfitriona, Spencer accedió a acercarse a la prensa para, después, ponerse a trabajar en su computadora, ver las imágenes y empezar a trabajarlas. Más tarde, de manera exclusiva, contestó a EL UNIVERSAL Querétaro algunas preguntas:

¿Qué es lo más importante que ves cuando vas a tomar una foto?

La composición, por supuesto. También lo que pasa con la gente porque yo no fotografío objetos inanimados, sino personas de carne y hueso. Y es a través de la piel, del cuerpo humano, que se pueden expresar muchas cosas; las personas tienen un alma extraordinariamente fuerte. Entonces, tienes que ver que todo esté muy bien conformado para decir lo que quieres.

Estabas muy serio y concentrado antes de la foto, ¿en qué pensabas?

Primero que nada, que todos estuvieran bien, porque el lugar era difícil y eso me interesaba mucho; que estuvieran seguros, que nada los molestara. Estaba concentrado en hacer bien mi trabajo.

¿Qué trabajo has disfrutado más durante tu carrera?

Uno que hice en el desierto, en el que los participantes estaban cubiertos con una tela. Otro que disfruté mucho fue el que hice en el Zócalo de la ciudad de México. Dar instrucciones a tantas personas para que todos estemos en lo mismo es muy difícil, pero lo logramos.

Nunca creí tener tanta convocatoria, pero la calidez de los mexicanos es increíble.

¿En qué país que no hayas hecho una fotografía te gustaría hacerlo y por qué?

En Colombia porque es un lugar bonito con gente bonita, pero sobre todo porque están pasando allá cosas positivas como país. Sin embargo, a mí me interesa reflejar en mi trabajo a los individuos.

¿Tienes algún proyecto en México?

Desafortunadamente no, no tengo acordado con los museos o las galerías ninguna exposición. Me gustaría hacer algo en uno o varios lugares con mucha gente, pero no tanta como en la ciudad de México, no sé, algunos cientos, incluso tres mil o cuatro mil, no treinta mil.

¿Cuáles son tus hobbies?

Me gusta fotografiar a mi mujer desnuda (ríe), ella es mi hobbie, mi inspiración, mi musa. También pasar tiempo con mis hijas, ellas son pequeñas, tienen 6 y 9 años.

¿Cómo te defines a ti mismo?

Bueno, sé que soy controversial, pero mi trabajo es creativo, abstracto. Soy un artista que trabaja con un tema difícil, pero lo disfruto mucho.

Así nos despedimos de este enigmático, pero amable y carismático hombre que, sin duda, seguirá dando mucho de qué hablar.

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