Se entiende por qué La Dama de Negro es una de las obras con más representaciones, porque es como ir a la feria y meterte a la casa de los sustos, peor en lugar de que te salte enfrente un señor gordo con máscara de zombi, hay buenos actores en un escenario.

Ha permanecido por años en las carteleras teatrales de la ciudad de México y le ha dado la vuelta al país, de ida y vuelta, y lo ha recorrido de abajo para arriba, y la gente sigue haciendo filas para verla.

¿Cuál es el truco para tan semejante éxito? Muchos y al mismo tiempo ninguno. Complejos y tan elementales, como los de feria de pueblo.

La mujer de negro está basada en la novela de terror The woman in black de 1983 y ha sido llevada a la televisión inglesa y al teatro en todo el mundo. El actor Daniel Radcliffe, el de Harry Potter, la interpretó recientemente en el cine, con regular éxito.

En México, el vampiro del cine nacional, Germán robles, la produjo, la dirigió y la interpretó hasta que la verdadera dama de negro, la muerte, lo alcanzó.

Actualmente, la dirige Rafael Perrín en la nueva gira nacional del montaje y actúa Odiseo Bichir. Perrín sustituye, cuando es necesario, al actor Benjamín Rivero, como sucedió en el auditorio Josefa Ortiz de Domínguez, de Querétaro.

A pesar de ser una puesta en escena de probado éxito, se requiere de buenos actores para dar vida a los dos personajes principales: un hombre que quiere contar su “terrible historia” y un director de teatro que lo quiere convertir de un empleado, un vendedor de seguros, en un actor “shakespiriano”.

También se requiere de una buena producción sonora, hielo seco para la neblina, una señora de negro.

Pero sobre todo, y como dice uno de los personajes de este montaje, “se necesita de un público inteligente, que se deje llevar, que se deje sorprender, y se deje llevar a través de la imaginación”.

Imaginar que hay castillos decrépitos, pantanos, islas desiertas, un perro travieso que no existe, un niño desfigurado, un carruaje y caballos que cruzan la sala varias veces, salpicando de lodo a todo los presentes. Imaginar un cementerio lleno de muertos que no descansan en paz y puertas que se abren y cadenas que se arrastran.

El chiste es que eso se lo tiene que imaginar, y ese es el chiste, también, del teatro, imaginación y dos buenos actores en el escenario.

Atención a los lectores de este periódico en Poza Rica, Veracruz, La dama de negro, con la actuaciones de Odiseo Bichir y Benjamín Rivero, se presentará en esa ciudad, el 24 de mayo. En Cuautitlán, Estado de México, el 30 del mes.

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