En nuestra entrega anterior nos referimos a dos de los mejores directores de orquestas sinfónicas del mundo; hablaremos ahora de otros dos grandes personajes que han dejado una huella imborrable en el mundo musical: Sir Georg Solti y Leonard Bernstein.

Sir Georg Solti nació, como György Stern, de familia judía, en Budapest en 1912 y falleció en 1997. Director de orquesta y pianista húngaro nacionalizado británico, es uno de los grandes directores de la historia. Versátil en el repertorio operístico, sinfónico y de cámara, fue pionero, junto a Von Karajan, en la grabación de óperas completas, y fue la gran estrella de la compañía disquera Decca, con la que grabó 250 discos y 45 óperas. Debutó en la ópera de Budapest en 1938 con Las bodas de Fígaro, de Mozart. En 1939 huyó de su natal Hungría y se mudó a Suiza.

Después de la guerra fue director musical de la Ópera Estatal de Baviera en Múnich. En 1951 debutó en el Festival de Salzburgo dirigiendo la ópera Idomeneo, de Mozart. Fue director artístico de la Royal Opera House, Covent Garden, entre 1961 y 1971 y, señaladamente, de la Orquesta Sinfónica de Chicago desde 1969 hasta 1991. Fue nombrado ‘Caballero Comandante del Imperio Británico’ en 1971. Obtuvo el mayor número de premios Grammys, con un total de 38, más que ningún otro artista de música clásica o popular.

Sus grabaciones más reconocidas son El Anillo del Nibelungo, de Wagner, con la Filarmónica de Viena; la ópera Eugen Oneguin, de Tchaikovsky, así como numerosas obras del repertorio de Mozart y de Richard Strauss.

Leonard Bernstein compositor, pianista y director de orquesta estadounidense, nació en Lawrence, Massachusetts, en 1918, en el seno de una familia judía originaria de Ucrania. Fue el primer director de orquesta de fama mundial nacido en los Estados Unidos. Estudió música en Harvard y después en Filadelfia, bajo la tutela de Fritz Reiner. Obtuvo un gran renombre como director de la Orquesta Filarmónica de Nueva York. Adquirió gran fama por una serie de 53 programas titulada Conciertos para jóvenes, televisada por la CBS, y por sus populares composiciones West Side Story (Amor sin Barreras, 1961), Candide y Un día en Nueva York.

Sus grabaciones galardonadas son: la 5ª. Sinfonía de Beethoven con la Filarmónica de Berlín; la 4ª. Sinfonía de Mahler con la Filarmónica de Viena y la 9ª. Sinfonía de Beethoven con la Nueva Orquesta Filarmonía. Según el que escribe, su interpretación cumbre es la Gran Misa K.427, de Mozart, con la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera, en un histórico concierto en la magnífica Basílica Barroca de Waldsassen, con la eminente (finada) soprano Arleen Augér y la bella mezzo-soprano Frederica von Stade,

Conocido por los brincos y ademanes que desplegaba en el podio, Bernstein fue altamente apreciado y querido en el mundo musical. En la Navidad del 25 de diciembre de 1989 dirigió la 9ª. Sinfonía de Beethoven, en el Schauspielhaus de Berlín, en la celebración de la caída del Muro de Berlín, concierto que fue transmitido en vivo a 20 países, con una audiencia estimada en cien millones de personas. Fumador empedernido desde su juventud, sufrió un ataque de tos a la mitad de un concierto que casi lo suspendió. Murió 5 días después de dirigir por última vez, el 14 de octubre de 1990, como consecuencia de un infarto al miocardio. El día de su funeral, en la procesión a lo largo de las calles de Manhattan, los obreros de la construcción se quitaron los cascos y saludaron al tiempo que gritaban ‘Goodbye, Lenny’.

*Diplomático queretano; diletante de la música clásica. Twitter: @fgcossio

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