Por sus lugares mágicos y escenarios de ensueño, San Miguel de Allende, Guanajuato, se ha convertido en uno de los principales destinos para casarse, pero uno de los atractivos que ha cobrado más fuerza en los últimos años son las “prebodas”, que se celebran a modo de callejoneadas con coloridas mojigangas, en donde los novios se convierten en el centro de atención.

La tradición consiste en caminar por las pintorescas calles, rodedas de galerías, cafés, hoteles y restaurantes, instalados en bellas casonas y edificios de estilo colonial. La caminata es encabezada por la pareja, que va celebrando su amor y compartiendo su felicidad con sus invitados, y extraños que se detienen a observar el espectáculo o que deciden unirse al jolgorio.

Callejoneada para brindar por el amor
Callejoneada para brindar por el amor

Esta celebración sirve para que las familias de los novios rompan el hielo antes de la ceremonia matrimonial, además de acompañar a los futuros esposos en un recorrido que inicia en la Parroquia de San Miguel Arcángel y continúa hacia el lugar donde se realizará la recepción o la unión civil, como en el caso de Gisela Raga y Eder Aizpuro, quienes recibieron la callejoneada como un regalo de Cutberto Raga, el papá de la novia.

“Hace un par de meses durante un paseo por San Miguel me topé con esta celebración y decidí dárselo de regalo a mi hija y mi yerno, a quienes les deseo toda la felicidad del mundo”, comentó Cutberto.

La historia de amor de Gisela y Eder comenzó mientras cursaban sus estudios de preparatoria y después de cinco años de feliz noviazgo, decididieron unir sus vidas en matrimonio, la pareja se comprometió durante una cena íntima con el tema “De Rodillas”, del grupo Reik, como fondo. Luego de su enlace civil y preboda, la pareja planea una elegante recepción en Juriquilla.

Gisela y Eder comenzaron su recorrido en el jardín principal de San Miguel de Allende, y estuvieron acompañados por familiares y amigos, entre los que se encontraban sus padres, Mary Duarte y Cutberto Raga, y Miguel Aizpuro y María de la Luz Garduño.

Como parte de esta celebración se les entregó a los invitados un pequeño jarrito de barro para colgarse en el cuello, que se usa para disfrutar de un shot de tequila o mezcal, para brindar por la felicidad de la pareja.

Callejoneada para brindar por el amor
Callejoneada para brindar por el amor

“Las mojigangas son alusivas a los novios, vamos festejando la unión de dos personas con fiesta por las calles de San Miguel de Allende con estos personajes, música y un pequeño burrito decorado con flores”, comentó Alfredo Aguilera, organizador de las callejoneadas en la ciudad.

De acuerdo a la preferencia de la pareja, la callejoneada se puede realizar con banda, mariachi o estudiantina, y el costo es cercano a los 12 mil pesos.

Esta celebración retoma uno de sus aspectos tradicionales surgidos en España, con la figura del Tuno, que era cuando los estudiantes universitarios recorrían las calles cantando y tocando, como una forma de cubrir sus estudios.

Otro aspecto importante e infaltable son las mojigangas que tienen su origen en los Gigantes de España, que eran títeres o esculturas de gran tamaño, hechas a base de cartonería o papel mache, por dentro una persona les brinda el movimiento.

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