El bailaor de flamenco Joaquín Cortés fue recibido en Querétaro con rechiflas e insultos, por salir al escenario con una hora de retraso.

”Desgraciado”, le gritaron desde las gradas del Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez, y luego remataron con un “qué bueno que llegaste, ya ponte a bailar”.

“Yo no tengo la culpa de nada, es culpa de la producción local”, se justificó el cordobés.

Frente al bailarín, unas 2 mil personas que se dieron cita la noche del jueves al estreno en la ciudad del espectáculo llamado “Calé”, ya habían perdido la paciencia.

“Vámonos”, “vámonos”, gritaban, pero solo un par de asistentes lo cumplieron. Una queretana, visiblemente enfurecida, aventó su boleto al escenario y se retiró de la sala.

Los encargados del lugar sólo veían nerviosos la escena. Nadie del staff hizo nada, nadie anuncio nada, antes de Cortés.

“Quiero que sepáis que ni yo, ni mi compañía tuvimos la culpa del retraso, fue culpa de la producción local, han estado todo mal y lentos”, explicó el bailarín de 44 años.

“Para la otra vez que vengamos a Querétaro (si es que lo vuelven a traer) que la producción sea más ágil”, exigió.

Perdón

Un día antes, el miércoles, el bailaor hizo esperar a la prensa local más de cuatro horas y cuando llegó solo ofreció 10 minutos de conferencia.

“Porque vengo llegando de España y traemos un jet lag (descompensación horaria) terrible; hagan preguntas, ¿ya no hay más preguntas?, porque tengo hambre”, repetía el artista en la conferencia.

Joaquín Cortés presentó su show Calé en México por primera vez en el año 2011 y hace un año canceló su presentación en este país, con el mismo show, alegando algunos problemas personales.

Una parte de su show tiene que ver con danza contemporánea, con siete bailarinas en el escenario, cuatro cantantes, músicos y pocos pasos de flamenco por parte de Cortés.

El espectáculo es de una belleza impresionante, pero la gente quería flamenco. “¡Ya baila!”, le pidieron algunas personas desde las gradas, mientras otros espectadores pedían silencio y calma en el lugar.

Pero fueron suficientes unos minutos de zapateo intensos, un par de movidas de cadera y de trasero, para que el mismo público se rindiera a sus pies del gitano. “Perdónanos Joaquín”, le grito una fanática.

Para cambiar de tema y aminorar agravios, Cortés propuso olvidarse un poco de la política y voltear al arte “porque lo importante es la educación y la cultura”.

El espectáculo de Calé lleva dos años girando por el mundo y luego de México, recorrerá varios países de América Latina, entre ellos, Colombia, Chile y Venezuela.

En México, el artista y su compañía recorrerán tres ciudades del interior del país, entre ellas, León, Guanajuato y Puebla. Hace un año Cortés libró una demanda por fraude, interpuesta por unos empresarios argentinos, quienes se dijeron engañados por el bailaor. El artista fue absuelto en un juzgado español y se salvó de pasar unos 10 años en la cárcel.

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