Otro problema que trae la obsolescencia programada es que hay aparatos, incluso automóviles, que no pueden repararse, la primera razón que dan los técnicos es que sale más caro que comprar uno nuevo, ya sea por tratarse del sistema de una lavadora eléctrica o la pieza en una impresora, incluso hay talleres de coches que no tienen disponibles todas las piezas de los modelos.

Un caso muy sonado en el año 2003 fue el de la demanda de usuarios de iPods contra Apple. Cuando esta empresa lanzó los equipos al mercado, vendió tres millones en Estados Unidos, pero parte de ellos tenían problemas con la batería que duraban muy poco y no se podía reemplazar, por lo que usuarios estaban dispuestos a ir a los tribunales. La abogada del caso pidió documentos técnicos a la empresa para obtener información de la vida útil de los iPods y así descubrieron que la batería de Litio se diseñó para durar poco tiempo, según plantea el documental de Cosima Sannoritzer.

Saúl Cruz dijo que este tipo de prácticas afectan al consumidor y los únicos realmente beneficiados son los fabricantes.

“Si recuerdas las televisiones, los tocadiscos, los radios eran reparables, incluso había una gran cantidad de talleres que se dedicaban a esta actividad, hoy en día la tecnología está tan avanzada que es muy difícil hacerlo. Lo mismo pasa con los automóviles, ya no es como antes, que si se descomponía algo, los llevabas al mecánico; ahora es muy difícil que en un taller tenga todas las piezas o están especializados por marcas”, señaló Saúl Cruz

Por otro lado, Cristina Rivas dijo que en un sentido, la producción masiva y la renovación de equipos, beneficia la mayor competencia entre fabricantes y la disminución de precios de los productos. Por ejemplo, “cada vez los smartphones y tabletas están disminuyendo su costo, por el contrario lo que veremos este año es que las computadoras de escritorio incrementarán su precio, debido a que se están consumiendo menos, por lo que fabricantes apostarán por sus equipos de precio medio y alto”.

Pero en este ritmo de producción, la especialista de IDC dijo que lo importante para el consumidor no debe ser tener el último dispositivo del mercado, sino el provecho que se le saca a los equipos, el explotar casi al 100 por ciento sus capacidades. “Aquí nos referimos a la actitud hacia la tecnología, porque hay usuarios muy básicos que sólo requieren hacer un par de actividades como navegar, contestar correos y usar procesador de textos, aunque tenga capacidades para hacer mil actividades y usan el dispositivo más viejo”.

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